Los golpistas de Honduras todavía tienen voces aisladas que los defienden. El pasado domingo, un escritor cubano en el exilio trató de justificar la convocatoria a elecciones en Honduras, para supuestamente dar paso a un gobierno legitimo. Panamá anunció que reconocería a un gobierno electo de esa manera, como si Zelaya no lo hubiese sido.
Es peligroso argumentar que gobiernos de facto organizaron elecciones legítimas. Eran otros tiempos, cuando muchos países habían salido de dictaduras. En el caso de Honduras, hubo un Golpe Militar auspiciado por la derecha y sus colaboradores.
Entendemos que el gobierno de Estados Unidos no puede seguir con su ambivalencia, mientras los golpistas ganan tiempo. El presidente Leonel Fernández dijo en Nueva York que Barack Obama puede decidir la crisis de Honduras. Se cuidó de mencionar mediante cuál mecanismo, pero nosotros decimos que Estados Unidos sí sabe cuáles métodos emplear, sin que sea mediante intervención militar, que sería repudiada por la comunidad internacional.
¿Cómo puede haber elecciones transparentes en un país donde se ha desatado una brutal represión contra los partidarios de Zelaya y mientras la embajada de Brasil, donde se encuentra el depuesto presidente, es agredida con gases lacrimógenos y aparatos electrónicos que causan perturbación mental? Los golpistas juegan con candela. ¿Cuáles serían las consecuencias si a algún loco se le ocurre atacar la embajada?
¿Se quedaría Brasil de manos cruzadas? Creemos que no.
¿Serán tan ambiciosos los aspirantes hasta participar en una farsa electoral?
Si la democracia perece en Honduras, los Gobiernos Constitucionales estarían seriamente amenazados, especialmente aquellos que tratan de resolver graves problemas sociales con medidas progresistas.
Esto lo decimos porque está fresca aún en la memoria la tragedia de 1963, cuando Juan Bosch fue derrocado, acción que dos años después dio lugar a una guerra civil y a una intervención extranjera. Los mismos que auspiciaron esa asonada reconocieron después que se trató de un error político.
No se debe olvidar que como resultado del Golpe contra Bosch, jóvenes valiosos se alzaron en las montañas en defensa de la constitucionalidad, convirtiéndose en mártires, entre ellos Manolo Tavárez, uno de los líderes más carismáticos que registra la historia, llamado el capitán de los silencios.