Naciones Unidas, 1 ene (EFE).- La ONU ha decidido llevar al máximo nivel su preocupación por la crisis de refugiados que han ocasionado los conflictos armados de Oriente Medio y Libia con una cumbre que se espera tenga lugar en la segunda mitad de este año.
La iniciativa fue planteada el pasado 20 de noviembre por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la reiteró en la rueda de prensa que ofreció el 16 de diciembre para hacer un balance anual de las actividades de la organización.
Naciones Unidas apoya esta cumbre no sólo para fijar respuestas comunes sino para combatir mensajes o políticas que, en lugar de abrir puertas, las están cerrando para quienes buscan salvar sus vidas y las de sus familias por la persecución y la guerra.
«Demonizar y usar como chivo expiatorio a estas personas en base a su religión, etnia o país de origen no tiene lugar en el siglo XXI», afirmó el secretario general de la organización, que este año abandonará ese puesto.
La idea de la ONU es que esta cumbre tenga lugar antes del debate general de alto nivel que celebra la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de cada año, al igual que ocurrido en ocasiones anteriores.
La cumbre más reciente antes del último debate de la Asamblea General estuvo dedicada a analizar los nuevos desafíos para el desarrollo y fijar la agenda de prioridades que estará vigente hasta el 2030 y la del 2014 se centró en el cambio climático.
Ahora, según Ban, se necesita «un nuevo pacto global sobre el reparto de responsabilidades» para atender a los refugiados, teniendo en cuenta, como ha venido repitiendo la ONU, que la crisis actual por ese tema es la más grave desde la II Guerra Mundial.
Una solución global para hacer frente a los millones de refugiados que han generado los conflictos armados de Siria, Irak o Libia, «podría ayudar a prevenir la futura desestabilización de las naciones y regiones enteras», sostiene Ban.
Durante este año, la crisis mundial generada por los flujos de refugiados será debatida en varias reuniones internacionales.
El 4 de febrero próximo, en Londres, se celebrará una conferencia internacional sobre la crisis humanitaria generada por el conflicto sirio y estará dedicada también a buscar financiación para apoyar los esfuerzos de los países vecinos.
Y en mayo siguiente se realizará en Estambul una cumbre mundial humanitaria para «buscar un nuevo perfil en la agenda humanitaria internacional», como parte de los esfuerzos que buscan también atender las necesidades de los refugiados.
Los últimos datos que maneja la ONU cifran en miles de personas diarias las que están huyendo hacia Europa escapando del principal conflicto armado en Oriente Medio, el que afecta desde 2011 a Siria.
Sólo en Grecia, según datos de la ONU, cada día llegan 5.000 personas escapando de la guerra en Siria. En Turquía, según sus autoridades, hay cerca de 2,5 millones de refugiados sirios e iraquíes.
El año que acaba de comenzar no sólo será clave para buscar una solución global al tema de los refugiados, sino que será el último en la gestión de Ban Ki-moon, que ocupa el máximo puesto de la ONU desde el 1 de enero de 2007.
El proceso de selección para nombrar su reemplazo ocupará muchas reuniones dentro y fuera de la sede de Naciones Unidas durante este año, en un proceso que, según las nuevas normas aprobadas en septiembre pasado, busca garantizar la transparencia.
Por primera vez en los 70 años de historia de la ONU, la Asamblea General recogerá candidaturas y podrá entrevistar a los aspirantes. La Asamblea General es el órgano más representativo de la ONU, porque forman parte de él todos los países miembros.
Esa fórmula contrasta con la tradicional, marcada por conversaciones a puerta cerrada y en las que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad eran prácticamente los únicos que tenían algo que decir.
El Consejo de Seguridad seguirá siendo el órgano de la ONU que recomiende un candidato, para que la Asamblea General le dé la luz verde final, pero antes de eso los aspirantes podrán explicar sus planes ante la Asamblea General.
Se espera que el proceso de selección se cierre durante la segunda mitad de este año, para que el sucesor de Ban asuma el puesto el 1 de enero de 2017.
La rotación que ha seguido durante décadas la ONU para la elección del secretario general indica que el próximo debiera proceder de países de Europa del Este.
También existe un fuerte movimiento en los pasillos de la ONU para que, por primera vez, haya un mujer al frente del puesto más importante de Naciones Unidas.
Según las propuestas públicas conocidas hasta ahora, hay dos candidaturas oficiales, la de la ministra de Exteriores croata, Vesna Pusic, y la del macedonio Srgjan Kerim, que presidió la Asamblea General de la ONU entre 2007 y 2008.
Pero también se menciona con fuerza a Irina Bokova, exministra de Exteriores búlgara y actual directora general de la Unesco.