Durante esta semana, actualizando unos datos sobre la economía dominicana, visité la página del Banco Central de la República Dominicana, y por más que leí el informe sobre el Indice de Precios al Consumidor (al mes de enero de 2009), me saltaron serias dudas sobre el mismo. Por un momento, pensé que estuviese escrito por extranjeros o por personas que probablemente no viven en la República Dominicana, o que si viven aquí, pertenecen a un privilegiado sector que no va a los supermercados, a las farmacias, a las tiendas, a los mercados de productores, a las estaciones de combustibles, en fin, a los sitios habituales que el ciudadano debe acudir para hacer sus compras y sobrevivir en nuestra sociedad.
La confusión fue tan grande, pues para el Banco Central, los precios internos experimentaron una variación de apenas 0.28% en enero de 2009, respecto al mes de diciembre de 2008 y la inflación anualizada, medida de enero 2009 a enero 2008, mantiene su tendencia descendente, situándose en 3.68%.
Es decir, para los autores de este informe, los precios de la canasta familiar han bajado.
La cita anterior es el principal párrafo del informe. Es la que reproducen los medios, que en su mayoría reciben fuerte inversión publicitaria por parte del Banco Central. Solo leyendo cuidadosamente el informe es que se puede comprobar que hay un contraste muy grande entre lo afirmado por el Banco Central, con los detalles particulares del informe, particularmente en los productos de la canasta familiar que experimentaron aumento:
Pollo fresco (2.16%)
Caldo de pollo (11.68%)
Plátano verde (4.40%)
Huevos (3.86%)
Leche en polvo (2.29%)
Leche fresca (6.81%)
Guineo verde (8.16%)
Arroz corriente (2.21%)
Carne corriente de cerdo (4.05%)
Aguacate (13.65%)
Naranja de jugo (7.48%)
Cebollas rojas (3.83%)
Arroz selecto (.35%)
Y luego concluye el informe: Por estratos socioeconómicos los resultados reflejan que las alzas se verificaron en los precios de los bienes alimenticios, tuvieron una mayor repercusión en los índices de los quintiles de menores gastos, por su alta ponderación, lo que explica que el quintil 1, el de menor gasto, arrojara la mayor tasa de variación (0.67%).
Lenguaje muy sofisticado para decir que los más pobres de este país son los que más han sido impactados por el alza en los precios de los productos de la canasta familiar. Lo cual, agrego yo, se extiende a la clase media. Ambos sectores son testigos de cómo el dinero sigue reduciéndose.
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