MONTECRITI. Hay una vieja discusión en relación a si la sal es dañina o no al organismo humano. Hay evidencia de que para algunas personas, consumirla en demasía puede ser un factor contribuyente a la presión sanguínea alta. La cantidad necesaria dicen estudiosos depende de cada persona.
Pero y para quienes viven de esta actividad de manera constante, ¿eso importa?, más bien piensan que le hacen un gran bien a quienes requieren de ese condimento.
La sal es esencial para una dieta saludable. Todas las personas necesitan aproximadamente un gramo de sal por día; sin embargo, hay quienes llegan a ingerir cerca de 10 gramos diariamente,. Esto representa diez veces más de lo que nuestro organismo realmente necesita.
En la condimentación diaria de los alimentos no puede faltar la sal, un elemento común que pone el toque de sabor, de la cual no son pocas las personas que ignoran su procedencia.
Una de las ciudades de República Dominicana donde que mantiene la vanguardia y supremacía en la producción de sal marina, tanto para el consumo humano como para la industria, es Montecristi, el mayor productor de ese producto en el país.
Fue en esa ciudad donde por primera vez, durante la época de la colonización, los españoles instalaron en el denominado Nuevo Mundo de forma rudimentaria la industria de la sal, la que con el paso del tiempo se fue desarrollando.
Desde entonces surgieron las salinas en manos de particulares, hasta que la tiranía trujillista declaró de interés nacional su producción, obligando a sus legítimos propietarios a la venta forzosa al Estado.
Productores ofrecieron resistencia a la disposición del tirano, fueron perseguidos políticamente por lo que se vieron obligados a abandonar la zona.
Muerto el tirano y derrocado su gobierno el presidente Joaquín Balaguer, mediante la Ley 7556 devolvió las salinas a los ayuntamientos de Oviedo, Baní y Montecristi, permitiéndoles su arrendamiento a terceros y concediéndoles licencia de explotación.
A partir de ese momento, la producción salinera en Montecristi ha atravesado por altos y bajos, matizada por épocas de bonanzas y de grandes pérdidas, limitaciones y administraciones cuestionadas, lo que ha dividido la clase en dos sectores, los salineros asociados y los independientes.
Los problemas surgidos entre los salineros tienen su origen en la forma en que se realizan los pagos a los productores, dado que la el Consejo de Administración Salinero (CAS) les recibe el producto a crédito y ha durado hasta varios meses en hacerles efectivo el pago,.
Esta situación afecta la economía de más de 2 mil familias que dependen de esta actividad productiva; sumado a las gestiones cuestionadas de algunos que han administrado la empresa salinera.
No obstante, toda la problemática parece hilarse como materia del pasado, pues en la actualidad, se han ido saldando las deudas convenientemente, se ha frenado la fuga de capitales, existen mayores controles administrativos y los pagos se realizan en tiempo prudente, según manifiesta Rafael Peña Baldayaque, actual administrador del CAS.
Aquí hay 250 productores de sal quienes son propietarios de 352 cuotas mensuales de sal marina, que se ha constituido en el abastecedor número 1 en el mercado nacional.
A la economía de Montecristi la sal le genera grandes beneficios. La calificada de primera le he recibida a los productores a 120 pesos el quintal y se vende al mercado a 150.
La denominada sal de segunda se recibe a 100 pesos y se vende a 135 y la de tercera categoría, llamada industrial es recibida al precio de 83.20 y se vende a 100 pesos.
De estos beneficios se deriva el 10 por ciento que por ley pagan de impuestos al ayuntamiento local, promediándosele 8 millones de pesos mensualmente que están destinados a inversiones en la ciudad del Morro.
La industria salinera emplea a más de dos mil trabajadores, clasificados en propietarios, picadores, sacadores, llenadores o ensacadores, cargadores, transportistas, descargadores y guardalmacenes; adicionándosele 21 empleados del Consejo.
Aún en estos tiempos de alta tecnología en la producción de la sal se emplean métodos rudimentarios, por lo que los salineros han presentado al gobierno dominicano un proyecto de tecnificación de la industria salinera por un monto reembolsable de 60 millones de pesos.
Afirman que de estos se especializarán 46 millones para la instalación de una moderna refinería, que garantizará el yodo y fluor en el producto, que es un requerimiento del Fondo para la Niñez de las Naciones Unidas (UNICEF).
Sin embargo debido a las limitantes económicas de los productores se les hace cuesta arriba cumplir con tales normas, por lo que confían en que las autoridades dispondrán de los recursos solicitados para tales fines.
Dicho y hecho
Rafael Peña B.
Administrador CAS
Con el método actual no es mucho lo que podemos hacer
Somos el principal productor de sal de la República Dominicana
60 Millones de pesos
Es lo que piden los salineros para tecnificar la producción y asegurar 2,000 empleos