Opinión

La sociedad de hoy

La sociedad de hoy

POR Ramón Antonio Veras
ramonveras25@telepoli.com

Lamentablemente no todos los dominicanos están formados para vivir bajo las normas – si así se pueden llamar – que imperan hoy y que no imponen la decencia, el trabajo, el decoro, la honradez  y la seriedad como virtudes que adornan al ser humano para su convivencia en una sociedad civilizada, como se supone que es en la que vivimos.  Lo que a diario vemos es que para muchos resulta lo mismo tener un comportamiento serio, respetable y digno que, actuar como un sinvergüenza, pícaro, desvergonzado, bribón, y cara dura.

El descarado, insolente y atrevido no tiene el menor escrúpulo para poner en práctica las acciones más descalificadas.  El político que cambia de partido como de ropa interior, es el que se ha levantado con la creencia de que resulta lo mismo mantener coherencia ideológica en base a principios de firmeza, que moverse de organización como prostituta de baja monta.

Hay que reconocer que la sociedad dominicana de hoy, al no exigirle honradez, dignidad ni decoro a los que la integran, es sumamente positiva, ideal para vivir en ella.  El sinvergüenza está en sus aguas porque nada le repugna, todo lo ve bien, está en buena con los de arriba y  con los de abajo, le da lo mismo ser corrompido, mentiroso, charlatán, narcotraficante, que llevar una vida digna, decorosa y apegada a la decencia.  Lo peor de todo es que aquí los que no ajustan sus actos a las reglas limpias, se molestan cuando se les reprocha por su forma de actuar.  Aspiran a que sus fechorías sean santificadas y estar sentados en el lugar reservado a los que, por educación y formación familiar, han llevado una vida de hombres y mujeres nobles y en quienes se puede confiar.  Los sinvergüenzas pueden decir, con toda franqueza, que  la de ahora es su sociedad, que está hecha a su medida.

Es importante  reconocer la situación que vive hoy el pueblo dominicano a nivel de irrespeto, ilegalidad y tolerancia hacia la delincuencia. Pero todo tiene su explicación; estamos viviendo en un medio social bajo el cual la mercancía dinero lo determina todo, desde el amor hasta la dignidad y la vergüenza.  De la misma forma que se fomenta y acepta la prostitución y la corrupción como algo normal, la politiquería ha tomado imperio sobre cualquier otra actividad lucrativa.  El desvergonzado es el hombre ideal de la sociedad dominicano de hoy.

El Nacional

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