OAKLAND0. Algunos puristas se quejan de que el arte de lanzar desde los jardines está muerto. Los defensores de hoy, dicen, luchan para llegar al cuadro con sus lanzamientos.

Estos escépticos debieron haber visto a Ramón Laureano de Oakland apuntar al plato en la victoria de 7-0 de los A sobre los Medias Rojas en la apertura de la serie del lunes en el Coliseo de Oakland.

Laureano grabó una de las jugadas más sorprendentes y deslumbrantes de esta joven temporada, lanzando sobre la marcha desde profundidad media del jardín central para atrapar a Xander Bogaerts en el plato de home en la segunda entrada. La gema defensiva de Laureano propulsó a Oakland a su cuarta victoria en cinco juegos.

Las cifras de Statcast contaron la historia: el lanzamiento de Laureano se realizó a una velocidad de 96 mph (aproximándose a la velocidad de la bola rápida decente de un lanzador) y cubrió 270 pies.

Una revisión de la repetición confirmó la decisión de «out» del árbitro Kerwin Danley se basó en que Bogaerts, quien pegó un doblete e intentó anotar por el sencillo de Mitch Moreland. El receptor Nick A Hundley atrapó el lanzamiento de Laureano frente al plato y le aplicó el toque un Bogaerts deslizante.
“Pensé que estaba a salvo”, dijo Laureano.

Al notar que el prodigioso esfuerzo de Laureano falló al jugador del corte, el mánager de A, Bob Melvin, dijo sobre el lanzamiento: “Es como un tiro de 3 puntos en el que uno dice: ‘No, no, no, sí». Lo ha hecho antes, por lo que deberíamos saber nunca descartar su brazo en una jugada en particular. Cuando fue conectado, no pensé que tuviera una oportunidad”.

Moviéndose virtualmente de lado a la izquierda para atacar el batazo de Moreland, Laureano no tuvo oportunidad de ganar impulso para agregar ímpetu a su tremendo lanzamiento. Esto hizo que la obra fuera aún más impresionante.

Considere a Jackie Bradley Jr., el jardinero central ganador de Guante de Oro de Boston, fanático de Laureano.

UN APUNTE

El mejor brazo
Para los Atléticos de Oakland, su lance no fue nada nuevo. El equipo tuvo en 2018 los tres tiros más contundentes y todos fueron registrados por el propio Ramón Laureano.