La ADP
Señor director:
La falta de visión de los maestros y maestras del país dio a luz un fiasco más, resultante del proceso eleccionario del gremio del magisterio nacional. El resultado fue alimentado por intereses personales y de grupos, a veces mezquinos, y esto es lamentable para la mayoría de la membresía de los educadores.
Elegir una vez más a miembros de los patronos para que representen los derechos e intereses de los trabajadores, es una tozudez de sus protagonistas.
La falta de cohesión de los docentes de la Corriente Magisterial Salomé Ureña y de los que no están suscritos a ninguna corriente, allanó el camino y concedió el triunfo al profesor Radhamés Camacho, alto dirigente del Partido de la Liberación Dominicana y funcionario del Gobierno. Hace varios lustros que los resultados eleccionarios de la ADP han sido fiascos, a la luz de los resultados de sus gestiones.
Esa realidad contraviene la visión, la lógica del pensamiento y los aprendizajes adquiridos por los educadores en las academias y en la universidad de la vida. Fuesen o no miembros de alguna corriente, no debieron dejar en manos del patrono la defensa de sus intereses.
Pero es el precio de la politiquería vernácula. Concurrir la Salome Ureña dividida, y el consiguiente disgusto de sus seguidores, el ardid de la corriente magisterial oficialista para lograr triunfos, más la actitud de los vacilantes y allantosos que votan por el posible ganador o ganadora, endosaron el triunfo al polémico legislador ante el Parlacen.
Además, el profesor Camacho fue ayudado por los votos indebidos de los técnicos y funcionarios que empuñarían el mismo argumento que asumió el actual secretario de Educación para sufragar, a pesar que el artículo 7, acápite a, de los estatutos de la ADP, le niegan el derecho a votar, en tanto es un servidor activo del Estado, no entra en la letra b del mismo artículo 7 de dichos estatutos, que establece que los pensionados y jubilados que al momento de su retiro eran miembros de ese gremio mantienen el derecho a votar.
Quien esto escribe, agradecerá para consumo personal cualquier aclaración respecto a esto. Aun más, si alguien argumentase que el licenciado Melanio Paredes votó como pensionado, tendría que explicar también porqué a tantos y tantos docentes les coartaron el derecho al voto estando afectados por la misma situación que el secretario de Educación actual, quien se supone el modelo a seguir.
Sindicalmente hablando, es amarilla toda dirigencia que pertenece y/o representa los intereses de los patronos y no los de los trabajadores, lo cual anticipa el fracaso de virtuales reivindicaciones de los equivocados electores del pasado, del presente y probablemente del futuro.
Sabemos que El comité Ejecutivo de ADP es colegiado, pero como dijimos, el ganador o ganadora mayoritariamente es el vocero.
Este triunfo empeorará la crítica situación del magisterio nacional. Sin embargo, no hay que alarmarse demasiado, porque, hace tiempo que el sindicalismo en la República Dominicana, salvo excepciones, es un codiciado y lucrativo negocio, y. cuando menos, sindicato y nada es la misma cosa.
Ahora conviene un examen general, introspectivo, para todos y todas, y un efectivo cambio de actitud para el futuro, tendente a consolidar como clase laboral profesional a todo el sector de educadores y educadoras de la República Dominicana.
Atentamente,
Lic Santiago Martínez