Mordaza
Señor director:
Nuestros funcionarios, salvo escasas excepciones, deberían imitar al congresista que el pasado día 25 asistió amordazado a una sesión del Congreso, en protesta porque interpretó que la reunión de la cúpula del PLD fue para aplicar mordaza.

Lo mismo percibimos muchos que erróneamente pensábamos que dicho encuentro sería para debatir soluciones concretas tendentes a reducir los males crecientes, que máxime a los de abajo nos tienen permanentemente en zozobra.

Lógicamente los del Comité Político son todos funcionarios y les sobran razones para reunirse y soslayar males que no les afectan, porque todos nadan en la abundancia junto a sus familiares y allegados, y les importa un comino que los del medio junto a los de abajo languidezcamos de tanto halar aire, el único bien libre de impuestos que nos queda.

Por eso, cada día peor nos sentimos, obviamente por culpa del gobierno atado e imposibilitado para cumplir sus reiteradas promesas de campañas, pero muy habilidoso para buscar chivos expiatorios fuera de su entorno.

¡Y cuánto nos duelen las actitudes indolentes de los congresistas, que cada 4 años pletóricos de entusiasmo lelegimos para que nos representen y luego se convierten en muchachos de mandado del Ejecutivo!

Para favorecerse ellos, de una vez ubican las fuentes para obtener los recursos, porque, además de sus lujosos sueldos tienen barrilitos, viáticos y otros emolumentos, que salen del bolsillo de los contribuyentes.

Los múltiples recovecos son para mejorar los sueldos de sus representados y el ejemplo palpable es que a pesar de lo añeja que es la lucha de los médicos el aumento no está claro todavía, dijo el presidente de la Cámara de Diputados. Y para rematar el Presidente deleznado argumentó que se desentendía de los médicos, porque hay instancias del gobierno que no están interesadas en resolver el conflicto.

El presiente del Colegio Médico que se prepare, para seguir recibiendo humillaciones y estrujones, y lo mismo digo a los profesionales de otras áreas, porque con representantes que sin sonrojarse admiten no poder abogar por sus representados, no necesitan más enemigos.

Esos comisionados, junto a las botellas, litros y galones aquí hace se han erigido en casta privilegiada y muchos nos dan escándalos frecuentes que nos abochornan por doquier. Y nada pasa, porque aquí el nada es nada lo institucionalizaron los desordenes.

Los funcionarios violadores de las leyes y que no resuelven son una carga cada vez más insoportable, y máxime a quienes les fascina reelegirse para actuar como si fueran nombrados por decretos, esperémoslos en las bajaditas de nuestras comunidades, cuando lleguen en campañas con sus promesas anas y sus dádivas coyunturales a cambios de votos.

Digámosles no a quienes luego de obtener los puestos se comportan como familia de los nueve leprosos. Finalmente, a este pueblo digno de mejor suerte y plagado de las inequidades que promueven los de arriba, le digo que tropezar una vez con la misma piedra es pasable, pero más de ahí es una muestra innegable de masoquismo.

Atentamente,
Teresa Gómez

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No hay dinero
Señor director:
El problema de los precios en este país no es sólo que sean altos o que las mercancías no aparezcan, lo que ocurre es que se hace difícil conseguir el dinero para comprar, debido a que los salarios hace mucho tiempo que se quedaron por debajo de los costos de la canasta familiar y a los empresarios de este país es mejor anunciarles que viene un ciclón que pedirles que aumenten sueldos.

Si un aumento salarial es visto como inflacionario y nos es negado continuamente, no veo por cuál razón el Gobierno pueda pensar que nos ha llegado el bienestar con el hecho de que en las tiendas haya mayor nivel de oferta y los precios no sean tan altos.

No es posible pensar que con lo que actualmente se gana las personas puedan cubrir sus necesidades.

Por eso la Navidad es cada vez más fría, y no por las bajas temperaturas, sino porque la gente no puede celebrar porque no tiene capacidad de consumo.

200 pesos por una libra de cerdo asado no es mucho dinero, pero en una sociedad donde los sueldos de lujo de los empleados medios no sobrepasan en mucho los 20 mil pesos, es el 1 por ciento de un salario y eso no alcanza para una familia.

Asarlo en la casa es comprar la carne y los sazones y disponerse a gastar gas propano que tampoco es barato. Igual sucede con la ropa y los juguetes. No es que sean costosos, es que la gente no puede adquirirlos.

Atentamente,

Lic. Danilda Cruz