Opinión

Los lectores opinan

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Enfoque semanal
Señor director:

Hay personas a quienes la pasión y el sectarismo partidario obnubilan el pensamiento, haciéndoles externar expresiones desafortunadas, muchas veces sin meditar sobre el contenido de las mismas.

Lo anterior lo decimos, luego de escuchar el jueves de la semana pasada, en una entrevista que le hizo el periodista Danny Alcántara por el canal 5, al ex senador y presidente del Partido Revolucionario Dominicano, ingeniero Ramón Alburquerque, verter criterios que no responden a un elemental sentido de la verdad.

Me refiero a su desafortunada expresión dejada caer como quien no quiere la cosa, de que el presidente Leonel Fernández podría ser sometido a un juicio político, si un giro en las venideras elecciones congresionales y municipales, quita el control del Congreso Nacional al Partido de la Liberación Dominicana, y lo pone en manos  del Partido Revolucionario Dominicano.

El juicio político, según  lo planeado por el ingeniero Alburquerque, se basaría en pretendidos actos de corrupción cometidos durante el proceso de la compra de una escuadrilla de aviones Tucanos, a la empresa brasileña Embrear, hecha por el gobierno dominicano al través de un banco de Sao Paulo.

Pretende el presidente del PRD fundamentar ese fantasioso juicio político en el hecho de que los aviones adquiridos por el país, han salido más caros que otros similares comprados por Chile.

Lo que olvida  Alburquerque es que el gobierno de la presidenta Bachelet adquirió los aviones en efectivo, y los comprados por el Presidente Fernández  son a crédito.

Todo el mundo sabe, y el ingeniero Alburquerque es un hombre ducho e inteligente, que no es lo mismo comprar un automóvil, una motocicleta o un avión, aquí en Santo Domingo, lo mismo que en Tokio, Nueva York o Brasilia, dinero en  mano, que realizar la operación a 48 o 60 meses de plazo.

El contrato para la compra de los Tucano, más que nunca necesarios para combatir el flagelo del narcotráfico que está carcomiendo nuestros cimientos sociales, fue remitido por el presidente Fernández al Congreso Nacional, para fines de aprobación, como era su deber constitucional.

Y tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado, los legisladores del PRD, que son bastantes numerosos, tuvieron la oportunidad de revisar el documento de compra, cosa que seguramente hicieron y comprobaron que se trató de una operación transparente.

Afortunadamente no estamos en los tiempos ya lejanos, en que en uno de los gobiernos perredeístas, una piña fue vendida al gobierno 50 veces por encima de su valor, precisamente en una ocasión en que el ingeniero Alburquerque ocupaba una alta posición en el Estado.

No creemos que el PRD, ni en el 2010 ni en un futuro más o menos de mediano plazo, vaya a lograr el control de las dos terceras partes de la matrícula de las dos cámaras del Congreso, por lo cual la aspiración de un juicio político externada por el ingeniero Alburquerque, cae dentro de los sueños de la famosa Pilarín.

Gracias señor director por la publicación de estos conceptos.

Atentamente,

Julio César Jerez Whisky.

El Nacional

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