Claras señales
Señor director:
Lo que está aconteciendo alrededor del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) es un fenómeno político- social digno de analizarse con detenimiento y cuidado.

Ese inusitado y repentino ímpetu de reunificación que pernocta por los predios de esa organización luce muy bien articulado y esmeradamente calculado.

A la sombra de ese partido han vuelto a acercarse dirigentes connotados e influyentes que otrora habían abandonado las filas sin chistar y bajo el argumento de que esa entidad política no cohesionaba un proyecto político capaz de ser opción política con miras a conquistar el poder.

Ahora están de regreso, con discursos conciliadores, llenos de esperanza, deseos, y con la firme convicción de que ese partido a un conserva un gran potencial para organizarse y conquistar el poder como ninguna otra institución política de la oposición.

Ya se olvidaron las acusaciones y contra acusaciones que de forma descarnada se intercambiaban unos y otros dentro de esa colectividad política.

No transcurre una semana en que los medios de comunicación no informen sobre la reintegración de algún importante dirigente, sea aquí o en el extranjero, situación que provoca una sensación aparente de que, ciertamente, es un hecho la reunificación del reformismo.

Pero, ¿no resulta sospechoso que toda está situación se esté produciendo a los ojos de todo el mundo, como si nada pasara, como si todo fuera obra del espíritu santo?

Vamos al grano:

Detrás de todo ese comportamiento hay una mano maestra que está conduciendo ese proceso con visión de futuro y ése es, nada más y nada menos, que la figura del presidente de la República, el doctor Leonel Fernández, se diga lo que se diga y véase lo que se vea.

El diseño de esa estrategia de reunificación del reformismo está dirigida a preservar el liderazgo del doctor Fernández ante cualquier eventualidad que pudiere presentarse en su partido de cara al año 2012, porque él sabe muy bien que habrá resistencia feroz si pretende presentarse nuevamente como candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD)

Está tan claro el presidente del partido de la estrella amarilla de lo que quiere, que tempranamente ha entendido que es menester articular una plataforma política al margen del partido que lo ha llevado al poder por tres ocasiones en menos de dos décadas… Por si las moscas.

Óigase bien esto, el carismático y hábil líder político contemporáneo no sólo está interesado en la fortaleza de los coloraos para que pudieran ampliar su presencia legislativa, no, está mirando más lejos, está pensando en el año 2012.

Esto que estoy reflexionando quizás muchos lo han pensado, pero no se atreven a escribirlo ni a comentarlo. Sus razones tendrán, pero allá ellos.

Aquí hay que romperle la virginidad al silencio y decir las cosas como son, para que no sigamos transitando el ancho camino de la demagogia y la conducta de María Gargajos, sólo por compromisos, intereses y ganancias polìtiqueras.

Atentamente,

Alberto Quezada