Opinión

Los papeles del PLD

Los papeles del PLD

Poseer una compañía en los llamados paraísos fiscales no es ilegal ni constituye un delito. La infracción sería usar esa estructura corporativa para ocultar valores o bienes no declarados en el país de origen o hacer negocios con recursos provenientes de actividades ilegales, como lavado de activos, dinero de la corrupción o del narcotráfico. Ahí es donde radica el corazón de la última filtración masiva publicada en la prensa internacional, en los llamados “Papeles de Panamá”.

A primera vista, reportes indican que existen 486 compañías constituidas en Panamá cuyos clientes son dominicanos. Lo interesante sería saber si de esas 486 compañías, existen funcionarios del PLD como propietarios o accionistas de las mismas, las fechas de su constitución, y a renglón seguido, a qué actividades se dedican. Es de público conocimiento, e incluso ha sido divulgado por algunos medios digitales, de funcionarios del PLD que poseen compañías en Panamá. La pregunta es ¿estarán declaradas esas inversiones ante la autoridad tributaria de República Dominicana?.

Los “papeles de Panamá” dejan al desnudo, una vez más, el deterioro progresivo de las instituciones estatales en República Dominicana, acentuados tras 12 años consecutivos en el poder del PLD, maestro en encubrir casos de corrupción, eludir la justicia y consolidar la impunidad.

Los casos sobran, y son solo los que han sido descubiertos. El dinero de la Sun Land, la compra de los aviones a Brasil, el sospechoso favoritismo para darle la mayoría de las obras públicas a Odebrecht, como las turbias plantas a carbón en Punta Catalina y el escandaloso encarcelamiento de Joao Santana, principal asesor del actual presidente Danilo Medina.

Lo que hace un destape como los “Papeles de Panamá” es despertarnos del adormecimiento propio de vivir en un país con un escándalo sobre otro, una sospecha con base de corrupción sobre otra. Y lo que es peor, el sentimiento de que no hay un régimen de consecuencias ante lo mal hecho en el ejercicio público. No pasa absolutamente nada. El PLD ha conseguido adormecer con su anestesia de hacer de la corrupción y la impunidad, lo rutinario y normal, con enormes consecuencias a la democracia e institucionalidad.

Las elecciones del 15 de mayo serán el punto de inflexión, el antes y el después. Por eso el cambio que viene determinará la próxima década del país. Decidiremos si le damos cuatro años más a la corrupción, al miedo, la inseguridad y el desempleo, o si le damos una oportunidad al futuro con nuevas caras e ideas, con Luis Abinader como presidente y una nueva hoja de ruta para diseñar juntos el futuro que República Dominicana merece.

El Nacional

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