El país marcha por mal camino cuando instituciones o gremios de la sociedad se creen con derecho y suficiente poder e influencia para violar la constitución para imponer formas de monopolio u oligopolio, como es la inaceptable pretensión de la Asociación de Clínicas Privadas (Andeclip).
Esa entidad dispuso obligar a los pacientes que vayan a someterse a una cirugía a realizarse estudios diagnósticos y de laboratorio en la clínica en la que se hará el procedimiento, lo que viola el derecho de los ciudadanos a seleccionar libremente a un médico y a un centro de salud.
Posiblemente tan abusiva y absurda medida ha sido aplicada para obligar a las autoridades a arbitrar una mayor participación de las clínicas privadas en el mercado referido a estudios, análisis y pruebas de laboratorio con fines de diagnóstico médico, lo que se recibiría como burda forma de chantaje.
Una flagrante violación a la Constitución no puede ni debe ser objeto de negociación, porque los derechos de la gente no se discuten sino que se garantizan de manera plena y efectiva, obligación a cargo de autoridades administrativas y del Orden Judicial.
Es por eso que se reclama a Andeclip la revocación inmediata de esa medida de carácter oligopólico, para que las clínicas compitan con buenos equipos, personal calificado y eficiencia operativa en el mercado de los diagnósticos y pruebas médicas de laboratorio.
El Tribunal Constitucional debe ser la jurisdicción única para un tema de violación a la Constitución de la República, como lo es sin dudas el pretender monopolizar en las clínicas privadas lo concerniente a los análisis y estudios a que deben someterse los pacientes.
Otra muestra
Los integrantes de la dotación de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en San Juan de la Maguana, incluido un teniente coronel, un capitán y tres agentes, fueron sometidos a la Justicia nada menos que por traficar y comercializar con drogas, otra muestra del elevado nivel de descomposición que afecta a la sociedad.
Las autoridades de la DNCD tendrán que revisar y fumigar todos los entornos de esa delicada institución en prevención de mayores infecciones éticas, como la descubierta en el destacamento de San Juan de la Maguana, donde alegados delincuentes tenían a su cargo perseguir a delincuentes.
