Editorial

¿Mejor lugar para quién?

¿Mejor lugar para quién?

El ministro de Administración Pública ha ofrecido la buena nueva de que el Estado es el mejor lugar para trabajar debido a las facilidades que ofrece, pero admite que aún existe inequidad y discrecionalidad salarial en la nómina pública, aunque falta saber cuáles han sido los parámetros de medición para sustentar tal afirmación.

Se creía que los mejores asientos laborales se ofrecían en las empresas de telecomunicaciones, financieras, mineras, licoreras y en otras corporaciones tecnológicas o de servicios, por los paquetes salariales que ofrecen, pero el licenciado Ramón Ventura Camejo proclama que Gobierno y Estado son mejores lugares para trabajar. ¿Por qué?

¿Será por esa razón que la nómina pública tiene un exceso de servidores? ¿Cuál es el nivel de productividad del empleo público? ¿Cómo se puede establecer que un lugar es el mejor sitio para laborar, si al mismo tiempo se admite que está afectado de inequidad y discrecionalidad salarial?

Sería conveniente que el ministro Ventura Camejo precisara para qué tipo de empleado o funcionario, la Administración Pública resulta un lugar ideal, si para funcionarios con salarios desproporcionados o para empleados que perciben ingresos mínimos.

Es difícil que un guardia, policía o empleado con salario mensual de RD$5,117 pueda entender el razonamiento del ministro, porque lo de mejor lugar para laborar parece dirigido a quienes devengan salarios de decenas de miles de pesos y a aquellos “servidores” que ingresan a la categoría de “botellas”.

De justicia es decir que el Ministerio de Administración Pública ha realizado un extraordinario esfuerzo por organizar y adecentar al hipertrofiado aparato estatal, con la obtención de logros significativos, pero no parece estar en sus atribuciones afrontar el problema del clientelismo que se expresa en la nómina pública.

El ministro Ventura Camejo ha recurrido a los servicios de los más prominentes expertos internacionales en materia de organización de la Administración Pública y ha luchado de manera denodada para que se aplique con corrección la Ley de Carrera Laboral en el ámbito estatal. Ha sido, por así decirlo, un digno Quijote.

Lo de afirmar que la Administración Pública es el mejor lugar para trabajar, resulta totalmente incomprensible, a menos que el señor ministro admita que lo de bueno está limitado a quienes disfrutan de la inequidad y discrecionalidad salarial, que el propio Ventura Camejo ha denunciado.

El Nacional

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