El maestro José Antonio Molina, director titular de la Orquesta Sinfónica Naconal (OSN) se ha planteado como una de sus metas al frente de esta institución masificar la música clásica en todo el país. Este es un sueño que acaricia desde hace muchos años y para hacerlo realidad entiende necesario la participación de los centros comunitarios, las iglesias y los munícipes.
La idea es sembrar el país de música clásica, es una necesidad neurálgica y para esto contamos con el apoyo del Secretario de Cultura, José Rafael Lantigua y del presidente Leonel Fernández, destaca Molina. Dice que para ese propósito la OSN hará una gira por todo el país.
Temporada de conciertos
Luego del proceso de reestructuración al que se sometió a la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y con una plantilla estructurada, la nueva orquesta debutará el 30 de septiembre en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduarto Brito, con un programa de grandes orquestas. La primera obra es una fanfarria de la autoría de Molina titulada Novis temporis. La noche continúa con el primer concierto para piano y orquesta de Tchaikovsky, interpretado por el cubano Jorge Luis Prats, quien se presenta por primera vez en el país y termina con la primera sinfonia de Sibelius, que tiene 22 años que no se hace aquí.
Luego continuarán en el Palacio de Bellas Artes con un concierto llamado Triptico, a través del cual se harán las últimas tres sinfonías de Tchaikovsky, dirigidas por los que será el staff de directores de la sinfónica.
El maestro ruso Thomas Sanderling hará la número 4, el maestro Mihnea Ignat la número 5 y el maestro Molina la número 6.
Pendientes
Tiene en proyecto con Juan Luis Guerra un concierto sinfónico para el 2010 en Miami, arreglará varios temas del nuevo álbum de Alejandro Sanz y tiene pendiente una gira por Dubai y El cairo.
Una Sinfónica adaptada a los tiempos
José Antonio Molina asumió las riendas de la Sinfónica Nacional tras varios intentos de las autoridades para que aceptara el cargo.
No lo había aceptado porque nunca se me ofreció lo que entendía era la verdadera solución a la problemática de la Sinfónica. Estas autoridades finalmente han leído la contundencia de la crisis que atravesaba la Sinfónica y entonces decidí aceptarlo, dice. Molina destaca que también aceptó tamporque siente un compromiso con su país y con la institución que le vio dar los primeros pasos como pianista. Encontró problemas de bajos salarios, de disciplina y un ambiente de caos y anarquía.
Logró una decorosa jubilación para 14 músicos, incremento salarial importante para los que quedaron, contratación de músicos extranjeros y un salón de ensayos.
Una de sus metas es sacar a la orquesta del teatro y llevarla a las masas.