Opinión

Mi voz escrita

Mi voz escrita

La capacidad política de Miguel Vargas es cuestionada  de manera ácida, desde antes de ganar mucho a poco las primarias  del 2008, aun con el entonces presidente de la organización abiertamente en contra. No obstante, en las elecciones, el candidato del Partido Revolucionario Dominicano logró reivindicar la enseña blanca con casi  42% de los votos válidos.

En la elección anterior, el PRD alcanzó un pírrico y afrentoso 38%, gracias al afán reeleccionista del travieso de Gurabo, de quien hoy día no se sabe si su psique anda del todo bien. A veces simula estar arrepentido de la fracasada aventura, y a poco demuestra lo contrario con pasmosa desvergüenza. Le gustó tanto “el carguito” que está dispuesto a seguirle los pasos a Horacio, “aunque le cueste la vida”.

Hipólito Mejía tiene que recordar que su presidencia fue fruto del azar que creó el oportunismo de William Jana. Éste inventó que Peña Gómez lo eligió su sucesor, y con eso lo catapultó. Fue premiado con la Dirección del IDSS que alegadamente desfalcó con la complicidad de los promotores de la Ley de seguridad social. Pero, eso es otra cosa.

Lo cierto es que los errores, provocados unos y auspiciados otros, por los dirigentes con ínfulas presidenciales como Hipólito, Luis Abinader, Guido y Eligio Jáquez; y los archiconocidos trepadores, se los quieren cargar al legítimo presidente y líder del PRD con la mala fe intrínseca del estigma.

Que Miguel no es político y  por él se perdieron las elecciones, es una perversa falacia. Tan perversa como quienes soslayan el uso de los recursos del Estado, la conspiración interna de ellos mismos y la estúpida estrategia de “avanzar en el 10 para ganar en el 12”. Ese disparate que aún defienden, y que fue anulado con una pragmática reflexión: Tú que madrugas, yo que no duermo..

Todo consumado, no importa que se eleven gritos al cielo, pienso que lo más prudente es que Miguel se haga un “despojo”: Que denuncie el frustratorio pacto con Leonel y mande a Andy, a Neney, a Henry Sarraf y al hijo de doña Juliana pa´l carajo, por más cerca. Perdón, a Neney ya no es necesario. Según supe, se transó…

El Nacional

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