Minutos después del mediodía este hombre se recuesta sobre la pared del cementerio de la Máximo Gómez. Había salido bien de mañana a su trabajo: recoger cartones y otros desechos que transporta en la rústica carretilla. No se pudo saber si lo atrapó la modorra por haberse propiciado un viaje de arroz o si, por el contrario, la ausencia de alimentos lo haya llevado a dormir. La escena fue captada en la calle Pedro Livio Cedeño, en Villas Agrícolas.