Interesante y algo más es el estudio publicado por la Universidad de Princeton acerca de la paternidad. Según este estudio, los cerebros masculinos, una vez son papás, experimentan ciertas modificaciones en el área prefrontal, encargada de la planificación, el control de impulsos y parte de la memoria.
Al parecer las neuronas de ésta área cerebral sufren un aumento en la capacidad de conexión, al igual que en algunos mecanismos hormonales, trayendo como resultado un incremento en las capacidades cognitivas de los padres. En otras palabras, según éste estudio, los hombres que se estrenan de padres aumentan su capacidad de inteligencia.
Los científicos de Princeton añaden que éstos cambios cerebrales se dan en el hombre exclusivamente durante los primeros años de sus hijos, para volver a su estado normal una vez éstos entran en la pubertad.
De seguro habrán muchas opiniones encontradas acerca de éstos hallazgos. Sin embargo, no cabe duda de que aquellos padres que realmente viven la experiencia de tener un hijo como propia, experimentan grandes y gratificantes cambios.
Ya van quedando atrás los padres que no cambian pañales y que no se involucran de manera directa en la vida de los hijos.
Los padres de ésta generación (sí, incluyendo a nuestros padres dominicanos) son mucho más proactivos, están más cercanos y se ocupan mucho más que de solamente pasar el cheque. Por supuesto, que todavía estamos en proceso, y como todo proceso, el cambio no se producirá de inmediato.
Es por tanto competencia de la sociedad, es decir, de nosotros, los ciudadanos que estamos convencidos de que la participación activa en la crianza de los hijos es lo más conveniente, el fomentar esa figura paterna que tanto enriquece.