Han pasado 12 años desde que el PLD volvió al poder, más de una década de promesas vacías y decepciones tapadas por clientelismo, abuso de poder y corrupción, bajo la visión de que el Estado es repartido como un bizcocho, en un auténtico muro de contención al desarrollo integral, el fin de la pobreza y la calidad de vida a la que millones de dominicanos aspiran.
Hemos llegado así a vivir en un país de “sueldos cebolla”, donde el salario promedio de la población no alcanza para cubrir ni la mitad de la canasta básica que a esta altura, es una canasta exclusiva e inaccesible para la gran mayoría de la población. Cada mes, millones de compatriotas deben buscar el doble de lo que reciben como empleados para cubrir al menos sus necesidades más elementales.
Según datos de la Encuesta Nacional de Fuerza del Trabajo (ENFT), el salario promedio de los asalariados ronda los RD$ 14,279 pesos, lejos de los RD$ 26 mil que cuesta en promedio una canasta básica, según datos revelados por el Banco Central. Al final del día, el dominicano de a pie sobrevive con un déficit de RD$ 12 mil pesos. Ellos, al contrario del PLD, no pueden imponer parches fiscales ni aumentar impuestos para buscar ese dinero.
Precisamente el Banco Central reveló en la Primera Encuesta General de Cultura Económica y Financiera en 2014, que el 96% de la población, es decir prácticamente la totalidad, sobrevive con menos de RD$ 20 mil mensual, de nuevo, lejos del costo de la canasta básica. Lo que es peor, el 60% de las familias se “la busca” con menos de RD$ 18 mil, el Niágara en Bicicleta.
Por eso no sorprendió que un raso de la Policía Nacional saliera a denunciar las condiciones en las que deben trabajar. Su salario es insólito: RD$ 7 mil mensual, una cuarta parte de lo que una persona necesita como mínimo para subsistir. De ahí que los agentes policiales sean tan susceptibles a la corrupción y el crimen organizado.
Ahora el gobierno dice que no puede aumentar los salarios de los policías y del sector público porque provocaría un mayor déficit fiscal. Falso de toda falsedad. Si en el presupuesto de 2016, se eliminan las duplicidades y los gastos superfluos e innecesarios, se pueden aumentar los salarios.
Luis Abinader está consciente de que hay que tomar decisiones valientes. Como primera medida, ha propuesto aumentar el salario mínimo a RD$ 20 mil. Sabemos que sería solo el inicio, pero un comienzo transparente y de voluntad, lejos de las falsas promesas.