El obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Nicanor Peña, urgió al Gobierno priorizar recursos para reiniciar lo antes posible la construcción del acueducto de Higüey cuya población padece los rigores de la falta de agua potable como son brotes de enfermedades gastrointestinales y cutáneas.
Monseñor Peña dijo que ante la falta del viejo acueducto para abastecer a la población, las familias tienen que comprar el líquido a propietarios de camiones cisterna, y otras construir pozos tubulares que con el tiempo se han contaminado debido a las aguas residuales subterráneas.
El religioso se sumó a las voces de diversos sectores de la provincia, para que el Gobierno disponga los recursos para el reinicio de los trabajos de esa importante obra.
Según el prelado, el problema de falta de agua potable es el principal que afecta a los habitantes de Higuey, por lo que esperar que el presidente Leonel Fernández dispondrá la reiniciación de dicha infraestructura.
Insistió en que como consecuencia del consumo de agua contaminada son frecuentes en los barrios de Higuey enfermedades gastrointestinales, principalmente en los niños.
Expuso que la situación en la provincia en término sanitario es muy peligrosa, por lo que las autoridades deben escuchar las quejas de los munícipes que padecen el grave problema que representa la falta de agua potable. Se recuerda que durante un Consejo de Gobierno realizado meses antes de las pasadas elecciones presidenciales, el presidente Leonel Fernández, prometió el inicio de esa obra.
El mandatario luego visitó Higüey para dar el primer picazo e incluso se comenzó hacer excavaciones para la instalación de tuberías que se interconectarían con la presa a ser construida, pero el proyecto fue detenido sin que se haya explicado el motivo.
Sindicalistas, dirigentes políticos, líderes comunitarios y comerciantes de esa ciudad culparon de la paralización de la obra al director del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (Inapa), Mariano Germán Mejía.