Los dos grandes temores del ser humano son la muerte y la locura, porque ambas suponen el final, la nada. El tema ha sido enfocado en múltiples oportunidades por científicos de la naturaleza humana y ha inspirado grandes obras artísticas que trascienden su época. Un libro que ya es un clásico dominicano es Mis 500 Locos, del doctos Antonio Zaglul, el padre de la psiquiatría dominicana , que es reinterpretado escénicamente por la dramaturgia de Claudio Rivera para entregar al público durante una temporada de tres meses en el Teatro Guloya, el que se puede considerar como uno de los montajes más importantes del 2009. Con un título sin adjetivos, sin rebuscamientos, El 28 es una pieza con un discurso intenso a partir de sus cuatro personajes: la enfermera-doctora (Viena González), El Corredor (José Ramón Thomas), María (Cinthia Almonte) y El Profesor (Claudio Rivera). Previamente, durante la temporadaTeatro de Bolsillo se había presentado uno de los monólogos a cargo de Claudio Rivera- ocasión en la que se pudo disfrutar de una variada expresión histriónica y temática. Le introdujo Viena González con su caracterización de la asistente médica, igualmente desquiciada. Ahora se agregan dos personajes: El Corredor y María, bajo la responsabilidad de dos figuras que se ganan el respeto de la gente. José Ramón Thomas, quien interpreta a un loco obsesionado con las carreras atléticas y su obsesión por la violación de mujeres, es una grata sorpresa por su versatilidad, la vitalidad de sus movimientos, el uso de los gruñidos y la fidelidad con la cual aborda los textos de Rivera. La gran sorpresa escénica es la joven actriz Cinthia Almonte, poco conocida incluso por personalidades de la crítica que acudieron al montaje de El 28. Su desdoblamiento actoral, su capacidad para actuar y cantar, el manejo de su expresión facial, y de ella, sus sobresalientes ojos y particularmente la intensidad dramática de sus intervenciones, la sensualidad y populismo de su baile mientras canta, la hacen digna de cualquier distinción como lo que es : una excelente y desconocida actriz capaz de hacer lo que sea sobre las tablas con tal y cumplir con el cometido estético de su llamado vital: el teatro. Viena actúa como hilo que une toda la historia y cumple con efectividad su rol. La actuación de Claudio, indudable eje de toda la producción, es noble y con un sello de indudable experiencia teatral al punto de marcar una pauta con su discurso.