El primer tramo de la Circunvalación de Santo Domingo, inaugurado ayer por el presidente Danilo Medina, es una obra de inestimable valor que de inmediato ayudará a desalojar el intenso tránsito de vehículos pesado por calles y avenidas del Distrito Nacional.
Ese trecho de carretera, que tiene 26.3 kilómetros de longitud total de desarrollo, 17.5 de longitud lineal, 7.6 en los distribuidores y 1.2 kilómetros en los accesos de pasos a desnivel, une las autopistas 6 de Noviembre y Duarte, en una distancia que puede ser cubierta en menos de 12 minutos.
La trascendencia de esa vía se aprecia ya con la puesta en operación de sus primeros 17.5 kilómetros, que se inicia en el Puerto de Haina y concluye en el kilómetro 24 de la autopista Duarte. Y dentro de cuatro meses se habilitará el tramo que conecta con El Higüero, avenida Jacobo Majluta y Villa Mella.
Para que se tenga una idea de lo beneficiosa que resulta la Circunvalación de Santo Domingo, es preciso destacar que unos 13 mil vehículos dejarán de ingresar a la ciudad, también se valora por el ahorro de combustible, lo que permite una tasa de retorno de unos cinco años.
Obras Públicas ha prometido que antes de que termine el año, esa vía será ampliada hasta el poblado de La Victoria para aproximarse al objetivo de conectar los puertos de Haina y Punta Caucedo y el aeropuerto de Las Américas, con lo cual la mayor parte de las cargas transitarán fuera del perímetro urbano.
Se resalta que la autopista, que podrá ser transitada a una velocidad de 100 kilómetros por hora, será también una carretera de evacuación rápida en caso de emergencia, además de que fue construida con altos niveles de garantía antisísmica y de grandes inundaciones.
Los usuarios de la Circunvalación de Santiago, inaugurada el año pasado, pueden dar fe de lo que significa no tener que ingresar al casco urbano, cuando se desea viajar a Puerto Plata, Línea Noroeste o a los municipios que conforman la provincia.
La inversión total en la construcción de tan valiosa obra de infraestructura vial sería de unos 340 millones de dólares, una cifra que se redituaría en menos de cinco años, por lo que puede decirse que el Gobierno promueve una obra excepcional que la ciudadanía aplaude con delirio.