POR: Orlando Gómez Torres
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A menos de un mes de la fecha límite del 24 abril para el registro y obtención del Número Global de Identificación de Intermediarios (GIIN por sus siglas en inglés) que impone la ley FATCA, para todas las entidades de intermediación financieras del mundo, en la República Dominicana los ojos empiezan a ser apuntados hacia el sector cooperativista. Mientras la banca formal viene avanzando consistente para estar en condiciones de sujetarse a las disposiciones de FATCA a tiempo, en el sector cooperativista dominicano persiste un inquietante silencio tanto de parte de las mismas cooperativas como del IDECOOP, el ente que está llamado a regularlas.
Si bien persiste una peligrosa lentitud de parte de las autoridades locales en la firma de un Acuerdo Intergubernamental con los Estados Unidos para el tema de FATCA, pudiera resultar más problemático a corto plazo la realidad de que el sector cooperativista del país no solo no luce preparado para participar sino que parece abiertamente desconocer la existencia de esa nueva norma de cumplimiento.
De llegar la fecha límite del 24 de abril sin que nuestras cooperativas logren registrarse, estas podrían quedar excluidas del primer corte en el listado de entidades participantes y por tanto ser consideradas como “no participantes”. La consecuencia fundamental de ello implicaría que todos los pagos que fueran a recibir las cooperativas de parte de otras entidades financieras estarían afectados por retenciones, no pudiéndose descartar que sus cuentas sean cerradas. El no cumplimiento con FATCA pudiera tener consecuencias calamitosas para todas las cooperativas dominicanos.
En nuestro país las cooperativas manejan aproximadamente $70 mil millones de pesos en activos financieros, por lo que su valor no se limita únicamente a sus aportes de carácter social, sino que tienen una relevancia económica que merece consideración. De ello es que resulta crítico que el IDECOOP, como órgano regulador del sector, intensifique sus esfuerzos en alertar y educar a las cooperativas sobre FATCA, su impacto y los requerimientos de cumplimiento que esa ley impone.
No obstante el poco tiempo que queda antes de que llegue la fecha límite, es aún suficiente como para que el sector cooperativista al menos pueda ponerse en ruta a cumplir con las distintas fechas límites que tiene FATCA.
Si bien es probable que los mismos Bancos y Asociaciones de Crédito asuman un rol activo en concientizar a las cooperativas que tengan de clientes, corresponde al IDECOOP asumir la voz cantante que presione a sus regulados a cumplir con FATCA, esto por la propia salud del sector. De nada van haber servido años de estar celebrando el cooperativismo, si el sector pasa a colapsar de golpe todo debido a un descuido en algo tan esencial.