Israel es un Estado terrorista, más allá de sus fronteras y de su región, y cuenta con altísima tecnología y capacidad de entrenamiento. Ese Estado emula el holocausto de su pueblo en continuas masacres anti-palestinas y anti-árabes, y ha devenido en un engendro monstruoso con ínfulas de imperialistas.
Está presente en este continente, con mucha fuerza al interior del Estado de Colombia.
Colombia nos dice Horacio Serpa (www.elnuevosiglo.com.co)- es la casa del horror. En eso la han convertido los grupos paramilitares que fueron creados por una alianza siniestra de sectores políticos, narcotraficantes, militares, terratenientes, comerciantes y ganaderos con el objetivo de apropiarse del Estado, secuestrar la voluntad popular y demoler la democracia.
La Fiscalía acaba de revelar que los paramilitares, gracias al proceso de justicia y paz, han reconocido que asesinaron a más de 21 mil colombianos.
En ese horroroso proyecto están metidas la CIA y la asesoría israelí, específicamente en el plan de seguridad democrática, que este gobierno ha trasladado aquí.
Aquí están en la seguridad privada y estatal. En la FFAA y en la policía: formación de Linces, Swats, unidades antiterroristas
Presencia directa y a través de la penetración colombiana.
Oficiales colombianos están trasladando su macabra formación a cadetes, oficiales y tropas espéciales dominicanas.
En la policía comunitaria forman redes de espionaje para el ejercicio de la represión selectiva. El país, además, está infestado de cárteles, grupos paramilitares y empresarios colombianos curtidos en el lavado.
El odio y el desprecio por los derechos y la vida de las personas son componentes claves de esos entrenamientos.
Por eso crece la furia policial y las ejecuciones de jóvenes.
Leonel viajó a Israel para consolidar y ampliar la colaboración con ese país y propagandizar su modelo en el continente. Así lo confesó.
La tragedia del pueblo palestino no cuenta, no la mencionó. Las relaciones con una Autoridad Palestina disminuida son una hoja de parra para tapar pudores.
Lógico que allí confesara su lejanía del Alba y su compromiso con los TLC. Lógico que dizque defendiendo la democracia en Honduras no mencionara la palabra golpe de Estado. Israel y EEUU están detrás.
Pero además, el Estado dominicano luce degradado, infuncional, corrompido y la rebeldía social ha vuelto a despuntar.
De ahí esas colaboraciones ominosas