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Orto-escritura

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El género en otras voces terminadas en –ante, -ente

Al final de la pasada entrega, titulada “Sí, presidenta, como sirvienta y parturienta”, hemos prometido ahondar en este asunto de las voces terminadas en –nte que son comunes en cuanto al género, pero que suscitan controversia porque algunas aceptan variación para formar el femenino (cliente/clienta; comediante/comedianta; dependiente/dependienta; infante/infanta; intendente/intendenta).
Nuestro principal soporte será la Nueva gramática de la lengua española, publicada en 2009 por la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Es muy común que los sustantivos y adjetivos terminados en –e permanezcan con esa terminación cuando se trata del género femenino, como son los casos de amanuense, artífice, cofrade, compinche, consorte, conserje, cónyuge. Por igual los adjetivos verde, triste, alegre, honorable y todos los formados con el prefijo –ble (risible, bebible, amable…).

Sin embargo, algunos sustantivos terminados en –e admiten la alternancia de género (jefe/ jefa; nene/nena; cacique/ cacica). Pero nuestro énfasis está en las palabras procedentes de participios activos, como indica el título del artículo.

Parecerá una reiteración indicar que son sustantivos y adjetivos de una sola terminación muchos terminados en –nte que proceden de participios presentes latinos (abundante, distante, emergente, decadente, yacente, complaciente, combatiente, durmiente, convaleciente, sonriente, sobreviviente).

Cuando los sustantivos son iguales para el masculino y el femenino, se usan modificadores masculinos, los más funcionales de los cuales son los artículos (un estudiante, una estudiante; el paciente, la paciente). Si son adjetivos seguirán los pasos del sustantivo al que modifican, de acuerdo a los patrones de la lengua española: una ley decadente, un concepto decadente; mostró un rostro sonriente, puso una carita sonriente.

El contenido del párrafo 2.5j de la Gramática ha sido mencionado en cita del artículo anterior: “Se exceptúan unos pocos pares, como cliente/clienta; comediante/comedianta; dependiente/dependienta; figurante/figuranta; infante/ infanta; intendente/intendenta; presidente/presidenta; sirviente/sirvienta y otros recogidos en los párrafos 2.5 j y siguientes…”. Entonces aquí les presento el texto referido:
“Se dan algunas oposiciones –ante/ -anta y –(i)ente/-(i)enta, sin connotaciones particulares o significados añadidos, aunque no todas las voces se usan en todos los países hispanohablantes. Se trata de casos como los siguientes:

Cliente/ clienta; comediante/ comedianta; congregante/ congreganta; dependiente/ dependienta; figurante/ figuranta; intendente/ intendenta; presidente/ presidenta; sirviente/sirvienta”.

Algunos usos varían de un país a otro. En República Dominicana habrá pocos hablantes que empleen clienta, comedianta y otros sustantivos de este tipo. Pero nadie duda de los niveles de aceptación con los que cuentan los vocablos sirvienta, parturienta y en menor grado presidenta. En cuanto a dependienta, en lugar de la dependiente, en nuestro país da sus primeros pasos, aunque en otros ya camina.

El término farsanta funcionó en algún momento como femenino de farsante (comediante), sin embargo no prosperó lo suficiente y el femenino se forma agregando los artículos –la o –una, según sea el contexto (la farsante hizo buena actuación; es una magnífica farsante).

Esta palabra conlleva una precisión. Farsante o farsanta, en su sentido de actor de teatro, especialmente de comedias, ha caído en desuso. Sin embargo, como adjetivo, con el significado “Que finge lo que no es o no siente”, debe usarse solo la forma farsante. Es un farsante; es una farsante.

Los sustantivos ayudante y asistente (derivados de ayudar y asistir) se prestan para variaciones de género que implican cambios semánticos. En España se usa “asistenta” como empleada de hogar. El Diccionario académico así lo indica: 10. f. Esp. “Mujer que trabaja haciendo tareas domésticas en una casa sin residir en ella y que cobra generalmente por horas”. Pero el término generalizado es asistente (la asistente, el asistente).

Se considera anticuado el vocablo “ayudanta”, empleado en referencia a “Mujer que realiza trabajos subalternos, por lo general en oficios manuales”, por lo que se recomienda ayudante, común para ambos géneros (la ayudante, el ayudante.)
Hasta el próximo domingo.

El Nacional

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