Semana

Orto-escritura

Orto-escritura

El 19 de septiembre de 2016 se publicó en esta columna el artículo titulado “No desperdicie las palabras”, orientado a evitar el empleo de palabras innecesarias. Algunas expresiones citadas entonces, aparecen en la publicación de hoy, quizá en correspondencia con el aforismo jurídico que reza “Lo que abunda no daña”.

Redundar y abundar son palabras afines, casi sinónimas. El Diccionario de nuestra lengua las define así:
Redundar (Del latín redundare). 1. intr. Dicho especialmente de un líquido: Rebosar, salirse de sus límites o bordes por demasiada abundancia.

Abundar. (Del latín abundare). 1. tr. p. us. Dotar en abundancia.2. intr. Haber o existir en gran número o en gran cantidad.3. intr. Tener algo en gran cantidad o en gran número. Sus obras abundan en galicismos.4. intr. Compartir una idea, una opinión. Abunda en las mismas opiniones que su profesor.
En el uso del idioma la abundancia puede ser dañina porque se torna en redundancia, palabra que se define: Sobra o demasiada abundancia de cualquier cosa o en cualquier línea. 2. f. Repetición o uso excesivo de una palabra o concepto.

Hay una palabra más precisa que redundancia, pues es exclusiva de la retórica. Pleonasmo: Empleo en la oración de uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho, como en fuga irrevocable huye la hora.
Eso es lo que ocurre cuando empleamos las locuciones siguientes:
1-Mas sin embargo. Mas y sin embargo son dos conjunciones adversativas que tienen la misma función, es recomendable, por tanto, emplear solo una en la expresión: “Todo niño nace con su pan bajo el brazo, mas no solo de pan vive el hombre”. (J J Ayuso).”Mas, tú creíste que eras reina…”. “No debía de quererte y sin embargo, te quiero”. “…y sin embargo, se mueve”.

2- Pero sin embargo. Decir “pero” da lo mismo que “mas” y “sin embargo”. Con uno de estos elementos basta para contraponer a un concepto otro diverso o ampliativo: El dinero no da la felicidad, pero ayuda.
3- Hace X años atrás. Es frecuente escuchar esto, incluso de personas con alta escolaridad. El adverbio “atrás” funciona mejor para expresar lugar que tiempo. Sin embargo, hay quienes dicen, por ejemplo: “Hace veinte años atrás”. Ese “atrás” está muy atrás, sobra. Con el verbo en pasado (hace) es imposible que sea presente o futuro. Basta con decir “hace veinte años”.

4- De forma y manera. En cuanto a actitudes humanas, estos vocablos tienen el mismo valor semántico. Oradores políticos, profesores universitarios y otros suelen concluir sus exposiciones con esta locución melliza. Pero, basta con una, como decía Ciriaco Landolfi: “De manera, pues, que entre las consecuencias de las devastaciones de Osorio…”.

5- Tengo un amigo que suele decir: “Yo tengo un hermano mío”, como si el verbo tener no fuera suficiente para indicar la idea de pertenencia. Bastará decir: “Tengo un hermano…” o “Un hermano mío…”.

6-Lo conocí por primera vez. Quienes así dicen olvidan que este “conocer” consiste en ver a alguien o algo por primera vez. Diferente sería si el verbo empleado fuera /ver/. “Lo vi por primera vez en tal sitio”.

7-Caso parecido ocurre con la expresión “Lo voy a revelar por primera vez”. Se revela lo no conocido, por tanto sobra el “por primera vez”: “Lo voy a revelar ahora, aquí”.

8- ¿Para qué decir que algo (canción, película, corbata, traje) fue “estrenado por primera vez” en tal lugar o en tal fecha? Estrenar significa hacer uso por primera vez de algo.

El espacio se acaba, lo que escriba sobra…a veces lo que abunda, daña.

El Nacional

La Voz de Todos