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Pasión y creatividad Ausentes en cine criollo

Pasión y  creatividad  Ausentes en cine criollo

Consciente del contexto particular del cine, el testimonio de la relación entre la historia, el avance artístico y la exposición que despliegan distintas propuestas naturales y un lenguaje poético que dialoga con el ser estar vivencial, es evidente que las continuadas limitaciones conducen casi inexorablemente a un acontecimiento paralizador del cine nativo.

Sommer Carbuccia, reflexivo lector y texto del cine dominicano e internacional, es seguramente el creativo de más nivel cinematografista quisqueyano, “él ha orientado una construcción de nuevo cine, que explore, manifieste e integre las realidades más profundas del continente, como parte de un proceso de cambio que se opera para el desarrollo presente y futuro nacional”. Maestro del cine y la televisión, tiene su importancia en el país. Puede observarse los altos conocimientos televisuales. Recibí serios conocimientos y experiencias de Sommer en Teleantillas, Canal 2, y TV 13.

Comedias largas e insulsas; supuestos comediantes carentes de libretos, diciendo “dislates o cosas sin sentido y sin drama”. Eso no es cine. El análisis histórico de la cinematografía está sometido a limitaciones graves que pueden llevar fácilmente a la distorsión del séptimo arte. Todo este acceso a lo dificultoso, produce cráteres a menudo insalvables en un audiovisual.

Defino con claridad que los países de mayor envergadura cinematográfica, y que centran sus informaciones en las películas, inventar y personalidades de sus propias naciones tienen sucesivos eslabones de excelentes producciones cuando el personal es cualificado. El cine local está en pinito, pero tiene casi una década.

En la descripción que escribimos, analizamos los recursos creativos y el uso incorrecto del instrumental de realización y/o montaje, luces, maquillaje, guión, locación, vestuario y dirección. Se deben acompañar con abundantes dibujos esquemáticos, igualmente, captar los principales secretos del arte del cine, en el que técnica y creatividad sean las facetas inseparables de la verdadera profesionalidad cinematográfica.

La naturaleza del trabajo del cine, en el que casi siempre debe manejarse una extraordinaria variedad de técnicas y con el personal a veces discernir y mantener los objetivos de una película que tiene en sí un gran reto. Por ello, el desarrollo coherente debe tener género y tipo: qué se quiere grabar; a quiénes se dirige la película. El adecuado tratamiento y clasificación conducen a cómo realizarla.

Cuando los objetivos están definidos, cuando las ideas son claras, cuando se ha profundizado el tema, la imaginación creadora puede adquirir fluidez sin dispersarse, y aunque los planes previos de realización sean minuciosos al extremo, podrá conservarse el espíritu abierto y flexible para incorporar nuevas ideas. Este culmen es una construcción creativa y práctica en desarrollo efectivo del filme.

Constituye un factor decisivo, la creación y expresividad de la imagen. Sin embargo, su importancia no es ofrecida en su valor, y un papel, ante el apreciado en su propia valía, y su papel ante el espectador se pierde. Las películas que exhiben los cines, carecen de un guión que ilumine una buena actuación. No hay concepción que posibilite una narración visual de carácter dramático o realismos aptos.

“Hay que enriquecer cada aporte en el cine; es cuasi nulo observar en las producciones dominicanas el relieve dramático de un personaje importante en la consecución de la acción. Con esto digo, que la función descriptiva y dramática de las películas no danza al ritmo fluido y vívido de la belleza interpretativa sensorial.”

El lenguaje del cine tiene una función creadora, enlaces y transiciones; metáforas y símbolos. Jacques Feyder, escribió: “En cine, el principio es sugerir”. Se ha dicho que es el arte de la elipsis. El cineasta, capaz de mostrar todo y conociendo el formidable coeficiente de la realidad que impregna a todo lo que aparece en la pantalla, puede recurrir a la alusión y hacerse comprender en media lengua.

El cine del “solar dominicano” carece de la elipsis, porque es una fuerza que forma parte del hecho artístico cinematográfico del mismo modo que las demás artes. Con todo lo indicado, el cineasta, dramaturgo y novelista eligen elementos significativos y los ordenan en una obra impactante.

La imagen, libreto original y la construcción real del arte del cine debe tener una precisión suficiente para el espectador. Lo incipiente debe estar logrado de calidad. El cine no divaga por meandros subjetivos. Es arte total.

El autor es periodista, analista social y geopolitólogo.

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