Las posibilidades de sanación rápida o lenta de la economía en tiempo de coronavirus se han convertido en péndulo que se mueve rápido entre optimismo y pesimismo, como lo demuestra la caída brusca ayer de Wall Street, en Nueva York, después que los índices bursátiles experimentaron una recuperación milagrosa tras el crack que sufrieron durante el primer tramo de la pandemia.
Estimulado por la noticia de que se probó con éxito en humanos una vacuna contra la covid-19, la recuperación de 2.5 millones de empleos y la inyección de más de tres trillones de dólares a la economía de Estados Unidos, el Dow Jones y el Nasdaq recuperaron pérdidas y alcanzaron niveles máximos históricos durante mayo.
Al conocerse un estudio de la Universidad de Washington, en el que se advierte un posible rebrote de la covid-19 para el otoño, y de que el desempleo no disminuirá tan rápido como se creía, el índice de las 500 empresas más importantes de Estados Unidos (S&P500) cayó un 6,8% y el de las 100 empresas tecnológicas, un 5,1%.
Días atrás se había elevado el Índice de Confianza del Consumidor y disminuido el Índice del Miedo, lo que despertó el apetito de riesgo de inversores que adquirían papeles de empresas en antesala de la bancarrota, como líneas áreas y cadenas de restaurantes, pero ayer el mercado amaneció con el optimismo socavado.
En República Dominicana prevalece una moderada confianza en torno a la recuperación de la economía, pero aquí, como en Estados Unidos, predomina una dicotomía entre certidumbre y pesimismo, alentada por los mismos temores estadounidenses, como la posibilidad de un resurgimiento pandémico.
En el periodo de optimismo, el SP500 subió hasta un 44% y el Nasdaq 46%, lo que representó nuevos máximos obtenidos, pero ayer los inversionistas salieron despavoridos a vender sus papeles ante el presagio de un rebrote del coronavirus que ya ha contagiado a más de dos millones de personas y causado la muerte a más de 114 mil en Estados Unidos.
Gobierno, partidos, candidatos y sector empresarial deberían promover un rápido acuerdo político que garantice manejo adecuado de la covid-19, en el estricto marco sanitario para despejar presagio de rebrote y evitar que el péndulo de la pandemia se aloje en la medula del pesimismo y aleje horizontes de recuperación económica.
Debería servir de ejemplo que varios estados de Estados Unidos que completaron la desescalada, reportan hoy aumento en los contagios y hospitalizaciones, lo que indica que no hay receta segura y que lo mejor debe ser mudar un paso a la vez.