Río de Janeiro (EFE).- La dirección de la petrolera Petrobras, mayor empresa de Brasil, confía en un acuerdo en la reunión que tendrá el viernes con los sindicatos para poner fin a una huelga que se ha extendido por veinte días, pero advirtió que también está preparada para hacer frente a una larga paralización.
“Estamos preparados para enfrentar una larga huelga”, afirmó el presidente de Petrobras, Roberto Castello Branco, en una rueda de prensa en Río de Janeiro en la que comentó el beneficio neto récord obtenido el año pasado por la empresa de control estatal.
El dirigente manifestó que, pese a que la actual huelga es la más larga que ha sufrido la empresa desde 1995, el plan de contingencia ha garantizado que todas las unidades estén funcionando y hasta ahora no se ha perjudicado en lo más mínimo la producción.
“Tenemos profesionales preparados para operar refinerías y plataformas en el lugar de los huelguistas y, en especial, empleados dedicados y dispuestos a trabajar intensamente porque aman la empresa”, aseveró.
“Sentimos orgullo de tener esos profesionales con nosotros”, agregó el ejecutivo en referencia a los miembros de los equipos de contingencia, que han substituido equipos mermados por la huelga y garantizado la normal operación de todas las unidades de la empresa.
Pese a que el tribunal laboral de Brasil declaró el lunes como ilegal la huelga por sus supuestos motivos políticos, la Federación Única de los Petroleros (FUP), que agrupa a la mayoría de los sindicatos de la empresa, decidió mantenerla.
La decisión del tribunal permite a la empresa sancionar empleados que mantengan la huelga y hasta despedirlos por justa causa.
Para solucionar el conflicto, ambas partes fueron citadas este viernes a una reunión en el Tribunal Superior de Trabalho (TST) por el magistrado Ives Gandra da Silva Martins Filho, que quiere mediar una solución.
Como el magistrado condicionó la participación de los líderes sindicales en la reunión a que suspendan la paralización, la FUP puso en votación de los huelguistas una propuesta para suspender provisionalmente el movimiento y retomarlo en caso de que no consigan un acuerdo.
“Nuestra expectativa para esa reunión es muy positiva. Se trata de la principal corte laboral del país. Pero la condición es que todos retornen a sus puestos de trabajo y estamos recogiendo información en todas las unidades para ver si cumplieron”, señaló en la misma rueda de prensa el director de Relaciones Institucionales de Petrobras, Roberto Ardenghy.
“Vamos a esa reunión con el espíritu desarmado para esperar la conciliación que pueda ser mediada por el tribunal pero la expectativa es muy positiva”, añadió.
La gran mayoría de los empleados de Petrobras adhirió a la huelga, según los sindicatos, para protestar por el despido de unos 1.000 empleados de una fábrica de fertilizantes subsidiaria de la empresa y que será cerrada, así como por supuestos incumplimientos en los acuerdos de negociación colectiva. De acuerdo con la FUP, la huelga afecta a 120 unidades de la petrolera y cuenta con la adhesión de 21.000 empleados.
Petrobras, sin embargo, asegura que la paralización no ha tenido impacto en la producción de petróleo y de combustibles y que “ninguna plataforma de producción, refinería, unidad de procesamiento de gas natural o térmica tuvo adhesión total”.
“Si el sindicato suspende la huelga para negociar y después la retoma, retomaremos el plan de contingencia que nos permitió evitar que la paralización tuviese impacto en la producción o en los precios”, apuntó Ardenghy.
El ejecutivo agregó que la fábrica de fertilizantes Araucaria Nitrogenados (Ansa) será cerrada debido a que es inviable y sólo produce pérdidas y alegó que tan sólo 400 de los trabajadores son de Petrobras y los demás de empresas contratistas.
Según Ardenghy, a los empleados se les propuso “una oferta muy competitiva y generosa en términos de rescisión”, como la posibilidad de que mantengan la asistencia médica por dos años y cursos de capacitación y recolocación para 1.000 personas.
