LONDRES. AFP. Los independentistas escoceses esgrimen el petróleo del mar del Norte como garantía de la viabilidad de la secesión del Reino Unido, pero después de 40 años de explotación su futuro es sombrío por el encarecimiento de los costes y la falta de nuevas prospecciones. Desde mediados de los años 1970 se han extraído 42.000 millones de barriles equivalentes de petróleo (bep), un maná que ha aportado prosperidad a toda la región y grandes recursos financieros a Londres.
El futuro de los ingresos fiscales que proporciona el yacimiento se han convertido en objeto de debate entre partidarios y detractores de la independencia escocesa.