La Sociedad Dominicana de Sismología e Ingeniería sísmica (Sodosismica) estimó que en el nuevo reglamento que se discute para establecer que las edificaciones del país sean antisísmicas, y como forma de garantizar su cumplimiento, se debe disponer la responsabilidad civil de los constructores y promotores de viviendas y edificaciones.
Proponen además que se dé cumplimiento al proceso de readecuación de edificaciones públicas construidas en tiempos en que no se aplicaban normas antisísmicas, o sea, hasta 1979, que de acuerdo con una primera evaluación sumarían unos mil 500 edificios en todo el país, la mayor parte de ellos escuelas y hospitales.
Los planteamientos fueron externados ayer por los ingenieros Leonardo Reyes Madera, presidente de la entidad, y Rafael Corominas Pepín, Juan Alberto Chalas, Romeo Llinás y Héctor OReilly, durante su participación en el almuerzo semanal de los medios de comunicación del Grupo Corripio.
En su intervención realizaron un recuento histórico de la ocurrencia de terremotos en la isla de La Hispaniola, destacando la periodicidad de los mismos debido a las fallas geológicas que cruzan y rodean la segunda de las Antillas Mayores.
Según se explicó, la isla Hispaniola, que comparten República Dominicana y Haití, está cortada por ocho fallas geológicas, que determinan una gran actividad sísmica.
El Valle del Cibao, la Bahía de Samaná, la Cordillera Septentrional y la Costa Norte es donde se registra la mayor parte de esa actividad sísmica.
Los especialistas indicaron que el terremoto ocurrido en Haití el pasado 12 de enero era esperado, debido a la periodicidad con que ocurren estos fenómenos.
Opinaron que debido a la gran actividad sísmica que tiene la isla de La Hispaniola, no se descarta la posibilidad de que ocurra otro gran sismo como secuela del ocurrido y que afectó la capital haitiana y otras ciudades.
Por ello, el ingeniero LLinás, planteó que se debe equipar adecuadamente el Instituto Sismológico Universitario y su red, unirla a la que tiene el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi). De igual manera, indicó que el país debe ubicar boyas marinas en diversos puntos.
Se quejó que la no existencia de una adecuada red de monitoreo de la actividad sísmica, impidió que los estudiosos no pudieran sacar mayores informaciones del terremoto ocurrido en Puerto Plata en el 2003.
Al intervenir en el encuentro, el ingeniero Corominas Pepín destacó la importancia de la formación de la Oficina de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones (Onesvie), que él formó en la administración del ingeniero Hipólito Mejía.
Dijo que esa entidad realizó una primera evaluación de vulnerabilidad de edificaciones públicas, que determinó que por lo menos mil 500 edificios tienen deficiencias que deben ser corregidas.
Como se trata de un trabajo lento, que requiere inversiones que no se ven, se ha dejado de lado, dijo, al indicar que al inicio de la presente administración, el ingeniero que lo sustituyó en el cargo le confesó que no sabía nada de ingeniería sísmica, y que había aceptado el cargo para tener una oficina, una camioneta, gasolina y gente disponible para obtener una diputación.
De su lado, el ingeniero OReilly, quien visitó Puerto Príncipe tras el terremoto, dijo que una parte importante del daño causado por el sismo se debió a la mala calidad del diseño y de los materiales de construcción en Haití.
Destacó que en las fotos e imágenes de la televisión se puede apreciar que muchos edificios de Puerto Príncipe no sufrieron daños, debido a que fueron construidos cumpliendo las normas.
Opinó que las construcciones dominicanas tienen un mayor nivel de calidad porque desde 1979 se están aplicando normas antisísmicas, pero no descartó que en muchas edificaciones privadas, éstas no hayan sido cumplidas.
Se quejó del hecho de que la Secretaría de Educación no aplique normas antisísmicas en sus construcciones menores de cuatro pisos, que son la mayor parte de las escuelas del país.
Los especialistas consideraron que debido a que la supervisión del cumplimiento de esas normas desborda la capacidad de la Secretaría de Obras Públicas, se contraten empresas privadas que hagan ese trabajo así como el proceso de adecuación de los edificios públicos, para que éstos estén en condiciones de soportar un movimiento telúrico.
Zona de terremotos
La Hispaniola, que comparten República Dominicana y Haití, históricamente ha sufrido grandes terremotos, por lo que es preciso que todas las construcciones cumplan con las normas anti sísmicas establecidas a nivel internacional, o de lo contrario, el país podría sufrir pérdidas humanas y materiales similares a Haití.