TAMPA, Florida. La gente sabia del béisbol entiende que hay tres cosas de las que uno no se enamora cuando juzga a los jugadores: entrenamiento de primavera, el mes de septiembre y las prácticas de bateo. Y luego, los escuchas y otros evaluadores de talento rompen la regla una vez por semana porque esa es la naturaleza del negocio.

Así que, después de ver a Michael Pineda lanzar dos innings brillantes contra los Tigres en el George M. Steinbrenner Field el viernes por la noche hubiera sido fácil hablar sobre el derecho de 25 años, en quien los Yankees tenían tanta ilusión hace dos años.

Después de todo, Pineda lanzó dos entradas en blanco, permitiendo un hit y abanicando a cuatro en su primera salida. Uno de las ponches fue con tres lanzamientos a Miguel Cabrera en el que el mejor bateador del juego se vio como un tonto tirándole al resbalón de Pineda.
“Nos gustó lo que vimos. Yo no quiero hacer mucho al respecto”’ , dijo el dirigente Joe Girardi del esfuerzo de 28 lanzamientos por parte del derecho de 6-7 y 265 libras , que fue operado del hombro en 2012 y no se había enfrentado a un bateador de liga grande desde 2011 cuando estaba con los Marineros. “Este es un buen paso”.

Cuando el campamento se abrió pareció que David Phelps y Adam Warren, los derechos que pueden comenzar o relevar, se habían ido delante de Pineda en la carrera por el quinto abridor. Phelps y Warren han hecho dos salidas cada uno y no han hecho nada para eliminarse ellos mismo. Sin embargo, debido a los lanzamientos de Pineda se le dio la oportunidad de dar un golpe, y salida del viernes no lastimó.