BOSASSO, Somalia, (Reuter).-Los piratas somalíes han amenazado con vengarse después de que dos rescates de rehenes realizados por fuerzas extranjeras hayan terminado con la muerte de al menos cinco de sus compañeros.
El último operativo, llevado a cabo el domingo por fuerzas de Estados Unidos, logró la liberación del capitán estadounidense Richard Phillips. Estados Unidos rescató ayer con vida al capitán de la marina mercante, secuestrado desde el miércoles en una operación en la que murieron tres de los piratas somalíes que lo mantenían retenido.
Un pequeño grupo de francotiradores emprendió fuego contra los captores tras determinar que Phillips afrontaba un «peligro inminente». A esta liberación hay que sumar que el pasado viernes, una misión francesa logró otro rescate de un yate con rehenes.
Los últimos acontecimientos han despertado temores de un aumento de la violencia en las rutas marítimas frente a la costa del país del Cuerno de Africa, en donde grupos de piratas desafían cada día a las patrullas de las fuerzas navales extranjeras.
«Los franceses y los estadounidenses se arrepentirán de haber comenzado esta matanza. Nosotros no matamos, sino que sólo tomamos rescates. Haremos algo a cualquiera que veamos como francés o estadounidense desde ahora», manifestó Hussein, un pirata de la zona.
Rescates de miles de dólares
«No podemos saber cómo murieron nuestros amigos en el bote salvavidas, pero esto no nos impedirá volver a secuestrar», relató.
Las pandillas de piratas generalmente tratan bien a sus secuestrados, ya que esperan conseguir miles o millones de dólares en rescates. Los episodios más violentos han venido por parte de grupos ocasionales.
«Nos vengaremos», insistió otro pirata de Aden, en el pueblo Eyl, un refugio para los piratas en la costa este de Somalia.
Algunos expertos temen ahora la reacción de los piratas tras estas actuaciones. «Los piratas sabrán desde ahora que cualquier cosa puede pasar. Los franceses están haciendo esto y los estadounidenses también. Las cosas serán más violentas desde ahora en adelante», argumentó Andrew Mwangura del East African Seafarers Assistance Program, con sede en Kenia.
La piratería es un negocio lucrativo en Somalia, en donde las pandillas han ganado millones de dólares en rescates, despilfarrándolo en viviendas, autos y bienes lujosos.
Después de una caída en la actividad a principios de este año, los piratas han contraatacado. Actualmente tienen capturadas a más de una decena de navíos con aproximadamente 260 rehenes, de los cuales unos 100 son filipinos.
Eyl, Haradheere y otros paraísos piratas a lo largo de la costa del Océano Índico han revivido con las ganancias de las exitosas operaciones.
La anarquía de Somalia, cuyos 18 años de guerra civil le ha dado a las bandas marítimas rifles de asalto y lanza granadas, durante mucho tiempo ha sido ignorada por las potencias mundiales.
Ahora, la noticia sobre la captura del capitán Richard Phillips ha volcado la atención internacional sobre el fenómeno de la piratería que ha elevado los costos de los seguros en las vías marítimas estratégicas donde los buques de guerra patrullan.