Opinión

Plaza de la Salud

Plaza de la Salud

Esta semana estuvimos acompañando a nuestra hija en una pequeña cirugía en Cedimat, en la Plaza de la salud, y nos sentimos orgullosos de ver esta impresionante obra, ya con 20 años de existencia, y como ha ido evolucionando de manera eficiente para beneficio de la salud del pueblo dominicano.

Tal como soñó su ideólogo y pariente muy cercano el Dr. Juan Manuel Taveras Rodríguez, de nuestra Moca del alma, y convertida en una realidad por nuestro maestro el Dr. Joaquín Balaguer, lo que nos llena de doble satisfacción, ya que tuvimos el privilegio de ser uno de los que coordinó llevar a cabo ese gran encuentro entre estos dos grandes dominicanos que hicieron posible esta realidad y legado para la salud dominicana.

Las instituciones médicas de la Plaza de la Salud: el Hospital General de la Plaza de la Salud y el Centro de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (CEDIMAT), partieron de la idea del Dr. Juan Manuel Taveras Rodríguez, considerado a nivel mundial como el padre de la Neuroradiología, Profesor Emérito de la Escuela de Medicina de Harvard y Radiólogo en Jefe Emérito del Massachusetts General Hospital, habiendo escrito el primer texto sobre la materia, y fundado la American Society of Neuroradiology como a su revista científica, de la que fue su editor por varios años, entre otros importantes logros, quien siempre aspiro a dejar un legado a su país natal y aportar su prestigio y experiencias en beneficio de su amado pueblo.

El Presidente Joaquín Balaguer en 1996, por decreto designó un área de 20,534.417 metros cuadrados para estos edificios y cuyas primeras edificaciones fueron construidas por el Estado Dominicano, organizaciones sin fines lucro, las cuales funcionan mediante la administración de dos Patronatos que fueron creados para tales fines. Ver esta portentosa obra funcionando a toda máquina, con orden y excelentes servicios, con material humano y profesional de primer orden y en constante evolución, con su reciente edificio para el área cardiovascular, es una muestra de que si podemos lograr grandes cosas, grandes metas y grandes sueños.

En otro orden, terminamos de leer una grandiosa novela sobre la historia del conocimiento, Los Sabios de Schwerta, escrita por nuestro querido primo el Lic. Juan Manuel Taveras, quien es hijo precisamente de esa eminencia el Dr Juan Manuel Taveras Rodríguez de quien hablamos más arriba, con esta belleza literaria de contenido altamente edificante, motivante, reflexiva, educativa y repleta de relatos extraordinarios donde el autor produce páginas inmortales sobre los nuevos tiempos y el conocimiento. La recomendamos.

El Nacional

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