La elección de Roberto Rosario como presidente de la JCE era un secreto a voces y el peor guardado del Caribe. Lo supe con los chinos de Bonao.
Pero de inmediato comenzaron los fuegos y Vargas Maldonado se opone a Rosario porque dice que se trata de una imposición. Veremos.
Los periodistas que deben cubrir mañana el juicio a Figueroa que vayan a la puerta del tribunal con un juego de dominó. Sólo para entretenerse.
Nada menos que 133 policías boricuas están presos bajo la acusación de traficar con drogas. El mal, como la gripe, parece estar en todas partes.
Hace tiempo que el aniversario del descubrimiento de América era no laborable. Pero se impuso que se trató de un genocidio. Entonces… luto.
Cuesta gran trabajo poner a circular vehículos pesados por el carril derecho de las calles, porque ya están ocupados por taxis parqueados.
El rescate de El Conde puede ser otro palo de Roberto Salcedo como síndico, como las canquiñas y el parque emblemático. Exitos.
No es lo mismo que ocurre con el Malecón, por cuya mejoría Roberto está en un dime y direte con Asonahores, al extremo de llegar a excesos.
Insulza, el de la OEA, proclama que lo de Ecuador fue un intento de golpe de estado. Entonces no hablemos de coincidencias ni de otras pendejadas.
García Márquez publicará otro libro con textos que escribió para leer en público. La voz del buen narrador se siente.
Preocupante eso de que intentaran asaltar en pleno día una sucursal de un banco. De seguridad hablamos.