La Iglesia Católica conmemora hoy el Día de La Altagracia, protectora del pueblo dominicano, un extraordinario referente de la Virgen María, en cuyo vientre fue engendrado, no creado, el Hijo de Dios, cuya sangre derramada en el Gólgota redimió a la humanidad del pecado.

Esta sublime advocación mariana data de casi cinco siglos, porque según una primera versión, su imagen fue traída en 1502, desde Extremadura, España, hasta Salvaleón de Higüey por los hermanos Alonzo y Antonio Trejo, pero otra tradición refiere que su llegada se remonta al 1620.

El canónigo Luis Gerónimo Alcocer habría relatado los muchos milagros que le atribuyeron a la efigie de la virgen que se le habría aparecido sobre un árbol a un agricultor en la localidad española de Siruela. De ahí la expresión relacionada con la virgen como “la más alta gracia venida del cielo”.

Cual que fuere el origen de tan veneración, la Virgen de La Altagracia, ha sido proclamada por siempre como “madre protectora y espiritual del pueblo dominicano”, a la que se acude siempre para rogarle que interceda ante su Hijo para superar momentos aciagos o para que conceda cualquier pedido.

Es por eso que tan trascendente efeméride rebasa los linderos de la Iglesia para erigirse como una tradición consustancial con las más acendradas tradiciones o expresiones culturales y religiosas de la sociedad dominicana, que también es fuente fundamental por donde brotan los más elevados valores nacionales.

En apego a esa tradición, miles de feligreses, nativos y extranjeros, acuden hoy a la benemérita basílica para venerar a la Virgen y rogarle que derrame su bendición sobre la persona, la familia y la colectividad.

Este día tan especial resulta propicio para elevar preces a María para que cubra con su manto protector al pueblo dominicano, lo libre de la delincuencia y la inequidad social y permita que la institucionalidad y la ley se enseñoreen sobre el quehacer nacional.

Los ruegos a la Virgen de La Altagracia van dirigidos también a que clarifique mente y conciencia de gobernantes y gobernados para que el proceso electoral y las elecciones de mayo 15 transcurran en completo orden y se garantice a plenitud el derecho a elegir y ser elegido.