Hay un vacío existencial en esta sociedad? Sé que quien cultiva la vida espiritual vive intensamente cada sensación, cada contacto, cada experiencia, cada relación ínter-personal; transciende su dimensión física y vive cualitativa mente distinta, porque invoca a las fuerzas invisibles para que estas se manifiesten en el universo visible.
Lo que aquí escribo, no se adscribe a una obediencia religiosa determinada. Tiene el sentido de la búsqueda que solo se puede encontrar en nuestro »yo» superior, es de fuerza espiritual, emerge de lo más hondo del ser, rasgos perfectamente identificables. Es como referirse a la nota que constituye la justificación de la sinfonía perfecta.
Y así, adquiere su verdadera perspectiva ante los retos del mundo »light» que vivimos ahora. Nada mas indeseable, pero… hay que revestirse de paciencia y esperar…
Tal vez, esta oración nos ayude a descifrar con claridad la riqueza interior que ignoramos y que habita en nuestra existencia:
¡Oh Dios!, Cuando presto atención a las voces de los animales, al ruido de los árboles, al murmullo de las aguas, al gorjeo de los pájaros, al sonido del viento y al estruendo del trueno.
Percibo en ellos un testimonio de tu unidad; siento que eres el supremo poder, la omnisciencia, la suprema sabiduría, la suprema justicia.
¡Oh Dios! Te reconozco en las pruebas que estoy pasando. Permite ¡Oh Dios! que tu satisfacción sea mi satisfacción.
Que yo sea tu alegría, esa alegría que un padre siente por un hijo y que me acuerde de ti, con tranquilidad y determinación.
Aún cuando pueda decir que te amo.