Opinión

Precisamente

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Objetivo 2015

Tras un objetivo del 2015, es urgente y necesario una mirada de la realidad, para instalarnos en el mundo y forjarnos la idea del lugar que ocupamos en el.

Ahora, necesitamos visiones globales, comprensiones totales para responder la pregunta por el sentido de la vida, que exige el momento actual, porque la sabiduría no es un saber cualquiera, implica, lo esencial, sobre causas y fines a la luz de un 2015 que reclama crear sin prisa inteligencia. Conciencia de prevención, planificación y evaluación, para cumplir los propósitos que aspiramos…

Puede ser una persona, una empresa, un gobierno, un pueblo, puede ser en cualquier nivel de la vida, el económico, el político, el emocional, el social, de trabajo…

Hay dos clasificaciones básicas de los objetivos que persiguen los seres humanos; por el modo en que lo hacen y por sus propósitos subyacentes.

En el primer caso, hay esfuerzos competitivos y esfuerzos cooperativos, en el segundo caso, empeños egoístas y altruistas.

Algunos les incomoda pensar que tienen que ganar, exponen sus ambiciones, como si todos estos fuesen términos tabúes, no obstante, el éxito no involucra la derrota ajena, no es el fruto de un individualismo egocéntrico, ni significa que la felicidad de unos se conquista a costa de otros.

Podemos competir o cooperar. Pero, es preciso el mejor sentido de convivencia para que los demás seres humanos logren bienestar a través de la colaboración para incrementar la dicha colectiva en vez de procurar beneficio propio.

El solo hecho de saber que quiero, es un avance.

Hay personas que no saben lo que quieren, y se pasan los días, los meses y los anos inconformes con sus vidas, trabajos, y sus parejas y casi todo lo que encuentran en su entorno. Se considera que lo primero para lograr un objetivo es saber cuál es.

El segundo paso es conocer todos los obstáculos. Estos pueden ser externos, es decir, del medio ambiente y que tengan que ver con otras personas, e internos, como mis propias limitaciones físicas, mentales y emocionales.

El Nacional

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