Opinión

Prepotentes y descarados

Prepotentes y descarados

Arturo Valenzuela lo dijo en Colombia y lo repitió en Ecuador: “Estamos preocupados obviamente por discursos agresivos, por militarismos excesivos y compras”. Es un vocero de la prepotencia imperialista el chileno (o ex chileno) subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos.

 Estadounidense de nacimiento y origen y con asiento en Colombia, el embajador William Brownfield se pronunció hace dos semanas con la misma desfachatez. Dijo que no entiende por qué ha causado preocupación  el uso de siete bases militares en Colombia, y anunció que Estados Unidos tiene acuerdos  similares con otros dos países (no dijo Perú y Panamá) cuyas autoridades han pedido  silencio para evitar escándalos.

Brownfield llegó a Colombia en el año 2007 tras permanecer 3 años como embajador en Venezuela, donde colaboraba abiertamente con la oposición conspiradora.

  ¿En qué momento, entonces, se tornó pacifista y conciliador el poder al cual sirve Valenzuela? Le preocupa que Venezuela responda a sus necesidades de defensa, porque sabe que esas necesidades aumentan en la medida en que Estados Unidos siembra bases militares en América  Latina.

Los diarios de Perú han reseñado declaraciones de organizaciones progresistas que exigen al presidente Alan García no aceptar la instalación de nuevas bases en su territorio, donde han generado repudio la de  Nanay (en la tan apetecida Selva Amazónica) y la de Iquitos, así como el centro de entrenamiento en Santa Lucía. 

¿Con qué derecho Estados Unidos pretende obligar al Gobierno de Venezuela a renunciar a a la necesaria modernización de sus Fuerzas Armadas? Los funcionarios yanquis se pronuncian contra el militarismo y al mismo tiempo  hacen gestiones para terminar de convertir ciertos territorios latinoamericanos en bases para sus operaciones de agresión y espionaje.

Su retorcido concepto de estabilidad es la situación en la cual el poder hegemónico refuerza su control  estratégico sobre los recursos naturales de América Latina y los líderes del área actúan como lo hace el abyecto ministro de Defensa de Colombia, Gabriel Silva, quien dijo sentirse honrado con la llegada  del buque de combate USS Freedom.

 Silva saluda el neocolonialismo que impulsan los halcones, quienes ahora representan al Nobel de la Paz  Barack  Obama… Un verdadero desfile de descaro y prepotencia.

El Nacional

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