Los actores económicos de la República Dominicana acentúan su interés por la comprensión de la actual coyuntura económica internacional, por lo que nunca será suficiente fijar los ojos sobre la marcha de la esfera monetario-financiera mundial.
Los ciclos económicos son consustanciales a los movimientos de la economía mundial signada por los mercados de capitales.
¿Ha quedado atrás la crisis financiera desatada desde mediados del 2007, año en el cual se produjo el derrumbe del astronómico mercado de hipotecas carente de capacidad de pagos por parte de millones de acreedores norteamericanos que tuvieron que entregar las llaves de sus casas a los bancos?
¿Se podría sustentar que los peligros de una recaída en el proceso de recuperación de la economía de Estados Unidos que se ha estado manifestando así sea tímidamente- durante el primer trimestre del 2010?
Según criterios evaluativos expuestos por organismos científicos se afirma que una economía está en una fase recesiva cuando la producción de bienes y servicios registra un crecimiento negativo durante dos o más trimestres consecutivos.
Cierto es que se habla de niveles de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) por encima del 3 por ciento en EE.UU., considerada la locomotora de la economía mundial, pero ¿cómo ignorar el enfriamiento del consumo interno y la existencia de una tasa de desempleo que ronda todavía el 9,7 por ciento?
Hay que ser cauto con lo que está aconteciendo en el presente momento económico internacional. No es tiempo de decirle adiós a los efectos de la crisis económica mundial que todavía se prolongará por varios meses más. Los ciclos y sus movimientos de auge, recesión, recuperación .vienen y se van. No son eternos.
John Kenneth Galbraith (1908-2006) fue un acucioso economista norteamericano que pudo ver a distancia la complejidad de la madeja financiera que se estaba gestando por los predios de Wall Street durante décadas.
No se trata de hacer en este momento una apología (defensa exagerada), de las concepciones críticas de Galbraith acerca de las deformaciones y distorsiones monetario-financieras vigentes al interior del territorio económico norteamericano, sino de evidenciar que las operaciones de casino generan turbulencias, crisis
Y es que en la actualidad el escenario de las preocupaciones ha cambiado de escenario: desde los centros bursátiles y financieros de Wall Street, Estados Unidos, al ámbito geográfico de los países integrantes de la Europa Unida (UE).
Los astronómicos déficits fiscales, unido a un endeudamiento que se incrementa con el paso del tiempo debido a la asistencia financiera de salvataje que ha estado implementando el Banco Central Europeo (BCE), los gobiernos de los países comunitarios y el Fondo Monetario Internacional (FMI) siembran incertidumbre.
El euro (moneda única europea) pierde terreno ante el dólar, alimentando la posibilidad real de que esa acentuada debilidad como moneda-refugio a ser aceptada por los inversores internacionales desate una afectación al comercio mundial.
Esos tormentos monetario-financieros internacionales deben ser objeto de seguimiento por parte de los actores económicos criollos.