¿Un petróleo más caro?
Existen señales inequívocas de que el precio del petróleo tipo WTI (de referencia norteamericana) cerrará el 2017 por encima de los 57 dólares en barril, aunque el martes 7 el mismo decreció unos siete centavos de dólar respecto de la jornada anterior, pero esa variación en nada pone fin a una tendencia alcista que se ha estado registrando durante las últimas semanas. En 2008, en medio de la crisis económica mundial, el barril del crudo llegó a comprarse en los mercados de futuros a 150 dólares.
De repente empresas de Estados Unidos vieron llegada la oportunidad para acelerar la producción petrolera a través del método conocido como el “shaleoil” y “tightoil” (petróleo de esquisto o de formaciones compactas) caracterizado por una reducción de costos en su extracción. Fue así que en un abrir y cerrar de ojos la producción petrolera norteamericana se disparó de 0,5 a 4,5 millones de barriles cada día. Pero el segundo semestre del 2014 marcó el inicio de la caída en picada del barril de petróleo debido a una sobreoferta del producto energético, entre otros factores.
Tres años y medio después esa tendencia del petróleo barato parece disiparse para abrir una nueva fase dentro del ciclo de la economía petrolera que sería caracterizada por un precio del crudo que se movería dentro del periodo 2018-2020 en la franja de los 57-67 dólares, sacando así de la agonía financiera a países productores y exportadores, pero afectando los presupuestos públicos de economías que dependen mucho de las compras petroleras (importaciones). Aunque perfectamente la proyección en el alza del precio del crudo podría desbordarse, sobre todo si se toman en consideración los nuevos acuerdos petroleros a los que podría arribar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), así como el aumento de la demanda debido a un calentamiento de la economía mundial y la sumatoria de factores geopolíticos en zonas geográficas conflictivas productoras deesa vital fuente energética que moverá durante mucho tiempo a la economía mundial.
Un factor que podría incidir en el adiós al petróleo barato vendría dado por la puesta en práctica de acuerdos financieros entre Rusia y China. En efecto, acaba de darse a conocer que entre los mencionados países podrían realizarse transacciones petroleras en yuan-rublo en lugar del dólar, divisa estadounidense que ha ido perdiendo terreno dentro del mapa monetario-financiero mundial.
China es un motor muy dinámico dentro de la economía mundial, a tal punto que el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de su gerente general, Christine Lagarde, no descarta la posibilidad de que en un futuro próximo el gigante asiático pase a ocupar el primer lugar dentro del mapamundi económico, desplazando a EE.UU. como principal potencia mundial, y mudando, por vía de consecuencia, la sede del organismo crediticio multilateral de Washington a Pekín, en consonancia con lo que consigna el do cumento constitutivo de la entidad.
Pero aunque se han realizado algunas proyecciones acerca del precio del petróleo conviene siempre tener en cuenta una frase del reconocido economista norteamericano John Kenneth Galbraith (1908-2006): “Las predicciones en economía se han hecho para hacer que la astrología parezca respetable».