Uno de los huecos negros de la economía dominicana lo constituye el repentino déficit en la balanza comercial con Estados Unidos, que en los primeros diez meses de este año ascendió a 2,277 millones de dólares, a pesar de que durante décadas, la balanza comercial con ese mercado arrojó siempre superávit. Tan así era que el saldo positivo en las actividades comerciales con ese país se bastaba por sí misma para ayudar a equilibrar el déficit nacional con el resto del mundo, con excepción de Corea y Haití. Ahora los dominicanos importan mucho más y exportan mucho menos al mercado estadounidense, cuestión que se refleja de manera muy negativa en el crónico déficit de cuentas corrientes de la balanza de pagos. El secretario de Hacienda, licenciado Vicente Bengoa, cree que ese serio problema se puede mitigar por vía del Acuerdo Petrocaribe, a través del intercambio de la deuda acumulada con Venezuela por bienes y servicios ofrecidos por República Dominicana. La propuesta de solución planteada por Bengoa obliga a pensar que el Gobierno ni el sector productivo tienen fórmulas a manos para aliviar de manera directa el creciente déficit comercial con Estados Unidos. Ese es un hueco, cuyo diámetro y profundidad se extiende de manera peligrosa sobre la economía local.