Mario Alberto Rosa Cortorreal, un estudiante de Publicidad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se convirtió, a sus 19 años, en otra víctima de la criminalidad que aterroriza a la población. Lo mataron para despojarlo de un celular y una mochila.
Pero los 8 disparos que le hicieron evidencia no sólo saña, sino la determinación de los criminales. Rosa Cortorreal había salido a eso de las 6:30 de la mañana de ayer de su residencia en la calle 8, del sector Enriquillo, Herrera, cuando fue interceptado por desconocidos.
Las versiones indican que los atracadores le dispararon cuando trataba de escapar. Además de estudiar Publicidad, el joven trabajaba en una central telefónica de Claro. Sus sueños fueron tronchados por una criminalidad que ha cobrado muchas otras vidas jóvenes y útiles. El suceso es otro grito de alarma sobre la inseguridad que la delincuencia ha instaurado en la población. Es verdad que se tiene que dar un ejemplo con los matones que proliferan en las calles, pero también combatir las causas que propician el clima.