El embajador de Estados Unidos, Raúl Yzaguirre, ofrece una valiosa demostración de sensatez y humildad con su cambio de parecer sobre el conflicto con la Barrick Gold. Sin el menor sonrojo y con mucha altura el diplomático admitió que, contagiado por el sentir de la población, había cambiado de opinión respecto al contrato con la empresa.
Mi opinión ha cambiado un poco; entiendo que el pueblo dominicano tiene un sentido muy profundo sobre ese tema, dijo Yzaguirre, quien también agregó que apreciaba mucho la forma en que se ha conocido y manejado lo relativo a la minera. o siempre se tiene el valor de rectificar y muchos menos de admitir equívocos. Yzaguirre había advertido que el ultimátum del presidente Danilo Medina a la multinacional era peligroso para la inversión extranjera.
Pero antes que insistir en su actitud, el diplomático hace causa común con los sectores que favorecen la renegociación del convenio. Un gesto tan noble de su parte, de verdad que debe ser bien ponderado por políticos que se ridiculizan al negar la realidad.