Múltiples incógnitas abonan todavía el conteo regresivo sobre la nueva gestión peledeísta que encabezará a partir del 16 de este mes el licenciado Danilo Medina. Tan denso es el panorama que, a prácticamente dos semanas para que Medina asuma el poder, no ha aflorado el menor signo, más o menos visible, sobre la integración del gabinete ni en cuanto a política económica. No ha soltado prenda, aunque tampoco hayan faltado las especulaciones, muchas interesadas. Puede hablarse de una atmósfera minada por la incertidumbre, sobre todo por la paradoja que plantea la propuesta formulada por el presidente electo y el nuevo escenario político. El concierto de voces que claman por la renuncia de todos los funcionarios para quitarle presión al nuevo gobernante peledeísta en la conformación de su equipo es una señal que se presta a múltiples conjeturas. Por ahora sólo Medina sabe lo que hará cuando llegue la hora, tanto en lo relativo al gabinete como con otras interrogantes, entre las que figuran la política económica y la lucha contra la corrupción.
El Nacional
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