No pueden ser más alarmantes los argumentos del director de la Pastoral Penitenciaria para sustentar la necesidad de una modificación del Código del Menor. Según fray Arístides Jiménez niños son utilizados como sicarios. Lo que siempre se ha denunciado es que menores de ambos sexos son utilizados como mulas en el negocio de las drogas, pero el hecho de que también lo sean como matones refleja el grado alcanzado por la descomposición social. Jiménez no habló de menores de edad, sino de niños y adolescentes envueltos en la vorágine de asesinatos por encargo que han reconocido las propias autoridades. Hay quienes opinan que la modificación del Código del Menor no evitará la participación de jovencitos en una criminalidad que hace ola. Pero la verdad es que para enfrentar el gravísimo problema no se puede obviar ningún factor. Además del caso de los niños, el director de la Pastoral Penitenciaria sostiene que el Código del Menor es una imposición internacional que no se adapta a las raíces del pueblo dominicano. Y parece cierto.