El sector industrial insiste en que República Dominicana tendrá que prepararse para enfrentar los efectos de la crisis financiera que comenzó en Estados Unidos, y que, además de la Unión Europea, ya dio al traste con la economía japonesa. Sin embargo, las autoridades dominicanas no parecen siquiera darse por aludidas frente a lo que algunos funcionarios ven como cantos de sirena del sector empresarial. Bajo el alegato de que la economía está blindada la verdad es que por aquí no se ha visto la menor decisión para enfrentar los embates del tsunami que ya en Estados Unidos ha dejado a más de un millón 200 mil personas sin empleo. Manuel Cabrera, Ernesto Vilalta y otros dirigentes de la Asociación de Industriales de Herrera pronosticaron que, en la medida que el colapso se agrave los efectos comenzarán a sufrirse por estos predios. Sin embargo, el Gobierno, como el que tiene una carta debajo de la manga, no ofrece señales de preocupación. Ni siquiera en cuanto a reducir el gasto público. Y no precisamente para no perturbar a la población.