¿Privilegio?
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dispone al parecer de privilegios o poderes excepcionales para darse el lujo de no optemperar una citación del Ministerio Público. El señor Manuel María Mercedes ha prejuzgado la intención del fiscal de Nagua, que ha solicitado su presencia para ser interrogado en relación al secuestro del joven Manuel Baldera, pero lo que es peor, anuncia su decisión de no asistir a ese requerimiento, con lo que, obviamente, se coloca por encima de la ley. Un ciudadano ordinario, sin los aparentes privilegios o poderes que intenta exhibir el señor Mercedes, tendría que atender el pedido del Ministerio Público y rechazar en su presencia cualquier vinculación con un hecho delictivo o criminal del que se considere inocente. El presidente de los Derechos Humanos se juzga asi mismo y determina que la citación que le han hecho es ilegal y, por tanto, anuncia que no acudirá mañana a la oficina del fiscal de Nagua. Si el fiscal solicita que se cumpla citación, habrá denuncia de violación a los derechos humanos.