Haití clama a Estados Unidos detener la avalancha de repatriaciones de inmigrantes haitianos indocumentados porque no puede recibirlos mientras enfrenta las consecuencias de las tormentas tropicales que devastaron a esa empobrecida nación, cuyo gobierno también enfrenta disturbios provocados por falta de alimentos. Autoridades de inmigración estadounidenses no aceptan el clamor del presidente René Preval y continúan con las repatriaciones de miles de haitianos, lo que agrava el drama de los vecinos del Oeste. Como forma de retardar la ola de repatriaciones, el embajador de Haití, Raymond Joseph, rehúsa emitir los documentos requeridos para que Inmigración pueda proceder a la expulsión de sus compatriotas. A pesar de que Estados Unidos reprocha supuestos maltratos infligidos a indocumentados haitianos que son repatriados desde la República Dominicana, niega a ciudadanos de ese país el estatus de protección temporaria, que le otorga a otras diásporas cuyos países sufren calamidades como las que padece Haití. El único argumento esgrimido por las autoridades estadounidenses para continuar con las repatriaciones masivas, se refiere a la necesidad de descongestionar los centros de reclusión de indocumentados hoy repletos de haitianos. Buena parte de esos miles de repatriados vendrá a República Dominicana y, una vez aquí, recibirá la protección de Estados Unidos.