Tenebroso
Si es como las ha pintado el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) las perspectivas nada tienen de halagüeñas. Y lo grande del caso que es, aunque cueste admitirlo, como lo ha planteado Lisandro Macarrulla. La estabilidad social, económica y política, que se ha mantenido de puro milagro, es insostenible si no se abordan con seriedad los grandes problemas del país. Pero esos problemas, que el dirigente empresarial identificó como el lavado de dinero, la educación, el empleo, la seguridad y la educación social no se han abordado ni siquiera durante el actual proceso electoral. Más bien lo que ha habido es mucha bulla y una cuantiosa erogación de recursos, pero no discusiones sobre las necesidades que atañen a la nación. Macarrulla piensa, con razón, que el cuadro amenaza la estabilidad socio-económica y censura que aquí se viva de la superficialidad y el inmediatismo. En respaldo a su preocupación lo cierto es que son muchos los que piensan que después del proceso la población tendrá que prepararse para momentos duros.