Quizás no tenga la dimensión de una crisis, pero algo huele mal en el sector empresarial. Que la mayoría de las veces no se toman en cuenta no relega los desencuentros entre los dirigentes empresariales y las asociaciones en torno a conflictos nacionales. Al asumir como presidente de la Asociación de Navieros, el empresario Teddy Heinsen sacó a relucir contradicciones que, si bien distan mucho de una crisis, evidencian malestar en la clase empresarial.
Sea por protagonismo o simplemente por hacerse los simpáticos, los líderes empresariales suelen asumir posiciones sobre problemas públicos que, según Heinsen, no se corresponden con los intereses de la mayoría.
Es palpable que las posiciones de los voceros empresariales no son las mismas de las entidades que representan. Al censurar la dualidad, Heinsen dijo que se ha propuesto luchar por la consolidación del sector privado como única garantía de convertir al empresariado en verdadero actor de la revolución innovadora que pronosticó, para tener mejores instituciones e indicadores económicos.